Usted va caminando por su viñedo y ve unas hojas rojas que se ven muy sospechosas. Antes de asumir lo peor –como la enfermedad del enrollamiento de la hoja de la vid o la enfermedad de las manchas rojas– considere que la vid podría tener un desequilibrio nutricional.

La Dra. Joan Davenport, científica en edafología de la Universidad Estatal de Washington, recientemente terminó un estudio para el manejo de nutrientes, esto con fondos de la Comisión Vinícola del Estado de Washington, dando como resultado recomendaciones referentes a la mejor forma de aplicar fósforo para producir viñedos saludables.

El proyecto es parte del esfuerzo en general de la Dra. Davenport para desarrollar normas del manejo de nutrientes para viñedos de riego en el este de Washington.
En los cultivos de la vid, las hojas rojas pueden indicar la posibilidad de varios trastornos por estrés.

La Dra. Davenport reporto en estudios anteriores que, en el este de Washington, los cultivars de uva roja con niveles bajos de fósforo exhiben decoloración roja en las hojas más viejas de la vid, y en los cultivars de uva blanca los niveles bajos de fósforo se muestran de un color verde ligeramente más obscuro en las hojas más viejas.

Las hojas rojas -con venas verdes- también están asociadas con la enfermedad del enrollamiento de hoja de la vid y la enfermedad de manchas rojas.

Cuando encuentre hojas rojas -dice la Dra. Davenport, primero debe determinar si el color es resultado de alguna deficiencia nutricional.

“Primero tome muestras nutricionales para saber si los niveles de fósforo son adecuados” –dijo ella, y agregó que las muestras nutricionales son menos caras que la prueba de reacción en cadena de la polimerasa [polimerase chain reaction], y conocida como PCR -por sus siglas en inglés, que se usa para analizar enfermedades. “Si los niveles nutricionales son adecuados, entonces tome muestras para detectar enfermedades”.

Aplicación efectiva al suelo

Un descubrimiento clave en los estudios de la Dra. Davenport fue el determinar la mejor forma de aplicar fósforo a la vid.

Ya que el fósforo es de baja solubilidad y dispersión en los suelos, la Dra. Davenport quiso saber si al aplicarse en líquido a través de sistemas de goteo al suelo, sería tan efectiva como una aplicación foliar. Así también, quiso comparar las cantidades de fósforo necesarias para corregir los viñedos bajos en fósforo.

Al comparar las aplicaciones foliares y al suelo, encontró que la aplicación de fósforo al suelo era tan efectiva como la foliar –pero sin el riesgo de quemar la hoja. “No tuvimos ningún resultado mejor que otro entre las aplicaciones foliares y las aplicaciones al suelo”, -dijo la Dra. Davenport.

Su experimento abarcó dos viñedos con cultivos de Cabernet Sauvignon y Merlot, con un total de cuatro bloques de ensayo.

Dos años antes de iniciar el estudio se tomaron muestras del suelo y del tejido, para asegurarse que los sitios tendrían deficiencia de fósforo.
En las temporadas de crecimiento del 2014 y 2015, se aplicaron 4 dosis de fósforo: cero, 12, 25 y 37 libras por acre. Esas dosis se dividieron en tres aplicaciones efectuadas durante la floración, un mes después de la floración, y pre cosecha.

Las aplicaciones se hicieron por medio del sistema de goteo como fertigación o como una aplicación foliar rociada directamente a las hojas.

No hubo diferencias en el rendimiento de la cosecha ni en los factores de calidad por tratamientos de fertilización en ningún de los dos años, -esto de acuerdo con la Dra. Davenport. El rendimiento reflejó la diferencia en el manejo de los bloques del viñedo. Sin embargo, después de dos años del mismo tratamiento de fertilización con fósforo, todas las parcelas de estudio tenían niveles suficientes de fósforo en sus tejidos.

Ella reportó que hubo diferencias leves de reacción entre los dos viñedos que inicialmente estaban bajos en fósforo.

En el ensayo 2 en el Cabernet, el fósforo en la hoja alcanzó el nivel deseado en todos los tratamientos; mayor del 0.15 por ciento, pero fue ligeramente más alto con las aplicaciones foliares que con las aplicaciones al suelo.

En el ensayo 2 en el Merlot, todos los tratamientos de fósforo alcanzaron el nivel deseado excepto en la dosis foliar más baja de 12 libras por acre.

“Aun cuando no cuantificamos la quema de hoja como parte del experimento, de todas las aplicaciones foliares, el primer año sí observamos hojas quemadas por la aplicación foliar ” –reportó la Dra. Davenport. “Siempre que se hace una aplicación foliar, hay riesgo de perder áreas de hoja”.

En general, los resultados sugieren que la fertilización al suelo o foliar son efectivos. Aun cuando ambos tipos de aplicaciones funcionaron, el método que ella recomienda -como una mejor opción, es la aplicación al suelo porque evita el riesgo de quemar las hojas.

Los datos del estudio también sugieren que una dosis de 25 libras de fósforo por acre, dividido en tres aplicaciones durante la temporada de crecimiento por dos años, inducirían los niveles deficientes de fósforo al rango adecuado.

La intención original para la duración del proyecto fue de tres años, pero los datos recopilados (cuatro parcelas diferentes por dos años) representan ocho años de sitios, lo cual fue suficiente para tratar los asuntos del estudio.

De acuerdo con la Dra. Davenport, la frecuencia en deficiencia de fósforo en los viñedos de uvas para vino ha aumentado en algunos de los últimos años. Hay varias razones por lo cual esto pudiera estar ocurriendo:

Una razón es que los bloques de viñedos viejos –a los que se aplicó fosforado fertilizante antes de plantarlos, agotaron nutrientes y los programas de suplementos actuales no están proporcionando lo suficiente. Otra podría ser el cultivar, ya que los nutrientes necesarios varían de acuerdo a la variedad y el clon.

Vienen nuevas normas de nutrientes para los vitivinicultores.

La Dra. Joan Davenport, científica en edafología de la Universidad de Washington, culminará pronto mucho del trabajo de su carrera con la publicación de normas de nutrientes para los vitivinicultores de Washington.

Los estudios de evaluación de nutrientes de la Dra. Davenport datan desde finales de los años 90’s. Ella ha pasado años desarrollando guías significativas de nutrientes para viñedos de riego ubicados en el interior de la región noroeste del Pacífico. Sus estudios, apoyados por la industria vitivinícola, abarcaron medición de los niveles nutritivos en muestras del tejido de uvas, fertilización de campo y una serie de estudios que incluyeron el tomar más de 5,000 fotos de la vid cultivada en recipientes con nutrición adecuada o trastornos nutricionales inducidos.

Ella está colaborando con el Instituto Internacional de Nutrición de Plantas para optimizar el formato y la entrega de fotos con lapsos de tiempo ilustrando los síntomas visibles de los trastornos nutricionales en ambas; tanto en uvas para vino rojas como blancas.

Hasta ahora, los vitivinicultores de Washington se habían apoyado en normas de otras regiones –como las que se desarrollaron en la Universidad de California, Davis, que se basan en climas muy diferentes al del noroeste. En el este de Washington los suelos son relativamente secos y pueden ser fríos en la primavera.

Aunque los viñedos son de riego, la Dra. Davenport explicó que en los viñedos hay muy poca humedad disponible para las plantas debido a la alta retención de humedad de dichos suelos.

Un ejemplo de grandes diferencias entre el noroeste y California es en la toma de las muestras de tejido. Los vinicultores en California por lo general usan peciolos para el análisis de tejido. Ella observó que, bajo las condiciones del noroeste, los vinicultores deben usar toda la hoja para muestra del tejido.

Cronología de la muestra –ella recomienda se haga durante la pre cosecha– lo que es también diferente ya que, por lo general en California las muestras de tejido se toman durante la floración.

– por Melissa Hansen, gerente de programas de investigación para la Comisión Vinícola del Estado de Washington y editora asociada anterior con Good Fruit Grower.

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