Un nuevo proyecto de la Universidad de California está listo para enfocarse en soluciones para la salud de las abejas melíferas, incluidas mejores estrategias de mejora, nuevos medicamentos y tratamientos, y mejores herramientas para monitorear las colonias. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Un nuevo proyecto de la Universidad de California está listo para enfocarse en soluciones para la salud de las abejas melíferas, incluidas mejores estrategias de mejora, nuevos medicamentos y tratamientos, y mejores herramientas para monitorear las colonias. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Durante más de una década, las noticias sobre las abejas melíferas han sido “negativas y catastrofistas”. Los pesticidas, los parásitos, los cambios ambientales y otros factores de estrés se han combinado para disminuir las poblaciones de abejas en todo el mundo, y los informes de los medios de comunicación ofrecen poca o ninguna esperanza.

Para Boris Baer, profesor de entomología en la Universidad de California, Riverside, ha sido frustrante ver esto, porque cree que la tendencia está cambiando. Los investigadores pasaron años averiguando qué aflige a la abeja melífera y están listos para centrarse en las herramientas de gestión.

“Hemos hecho nuestra tarea durante la última década y ahora podemos empezar a pensar en soluciones”, indicó. “Es un momento emocionante”.

Para ayudar al desarrollo de herramientas para la salud de las abejas, la Oficina del Presidente de la UC otorgó 900,000 dólares a un equipo de investigadores de abejas e ingenieros de los campus de la Universidad de California en Riverside, Davis, San Diego y Merced. Baer, el investigador principal, dijo que con la subvención se creará una de las redes de salud de abejas melíferas más grandes del país y proporcionará fondos durante tres años. Ya han solicitado fondos para su continuación.

El equipo del proyecto está trabajando en estrecha colaboración con la comunidad apícola para desarrollar sus objetivos y métodos, dijo Baer.

“Prevemos que el proyecto de la UC pueda beneficiar la salud de nuestras abejas”, dijo Jacob Dickinson, director de comunicaciones de Long Beach Beekeepers. “Al hacer que el proyecto tenga acceso a la diversidad genética de nuestras abejas, junto con los datos de salud, puede ayudar en sus esfuerzos por desarrollar una población más resistente”.

El proyecto tiene tres objetivos principales de desarrollo. El primero es mejorar la reproducción de las abejas, un enfoque particular del trabajo de Baer. California tiene poblaciones de abejas melíferas africanizadas silvestres que pueden tolerar los pesticidas, enfermedades, parásitos y factores climáticos que han causado un daño significativo a las poblaciones de abejas gestionadas por las personas. Esas abejas silvestres y sus rasgos resistentes son una “mina de oro genética” para los criadores de abejas, afirmó.

El segundo objetivo es desarrollar nuevos medicamentos y tratamientos para las abejas enfermas. En los últimos años, los investigadores identificaron componentes clave en el sistema inmunitario de las abejas que les ayudarán a desarrollar nuevas herramientas para la salud. Algunas abejas melíferas generan moléculas que las hacen más tolerantes a los pesticidas y los parásitos. La nueva tecnología permitirá a los científicos aislar esas moléculas y usarlas como base para nuevos medicamentos, dijo Baer.

El tercer objetivo es brindar a los apicultores mejores herramientas para monitorear la salud de las colonias. El desarrollo de sensores remotos que se puedan colocar dentro de las colmenas, “veterinarios electrónicos” que puedan traducir el complejo lenguaje químico de las abejas, detectar los primeros signos de deterioro de la salud de las abejas y comunicar recomendaciones a los apicultores, será crucial para la detección temprana. Una vez que la colonia colapsa, es demasiado tarde para hacer algo al respecto, dijo Baer.

Actualmente existen sensores de este tipo en el mercado, pero a menudo tienen configuraciones complicadas con muchos cables o conexiones eléctricas que a los apicultores se les dificulta instalar. El sensor ideal funcionaría de forma remota, se ubicaría discretamente en el centro de la colonia (donde ocurre la mayor parte de la comunicación de las abejas) y advertiría a los apicultores sobre el deterioro de la salud de las abejas cuando todavía hay tiempo para salvar la colonia. El sensor no solo inundaría los apicultores con datos sin procesar, sino que proporcionaría recomendaciones para ayudarlos a tomar decisiones. Sería aceptado por las abejas y se integraría fácilmente en las rutinas de los apicultores, afirmó.

El ApisProtect Monitor, colocado dentro de las colmenas, monitorea continuamente las condiciones de la colmena y proporciona una advertencia temprana sobre el deterioro de la colmena. El nuevo producto es inalámbrico y está diseñado para no interferir con las rutinas de los apicultores. (Cortesía de ApisProtect)
El ApisProtect Monitor, colocado dentro de las colmenas, monitorea continuamente las condiciones de la colmena y proporciona una advertencia temprana sobre el deterioro de la colmena. El nuevo producto es inalámbrico y está diseñado para no interferir con las rutinas de los apicultores. (Cortesía de ApisProtect)

Es posible que ya esté en el mercado un sensor que se ajuste a los criterios de la UC. En diciembre, la empresa irlandesa ApisProtect acaba de lanzar ApisProtect Monitor, una plataforma de monitoreo de abejas melíferas. En concreto, Baer no hizo ningún comentario sobre este producto.

La Directora de Mercadotecnia, Aoife O’Mahony, dijo que la compañía ha pasado los últimos siete años desarrollando el monitor y probándolo con apicultores de todo el mundo. Colocados dentro de las colmenas, los dispositivos monitorean continuamente las condiciones y los niveles de actividad de la colmena, con un sistema de alerta temprana diseñado para evitar el deterioro o pérdida de la colmena. Y en lugar de solo proporcionar datos sin procesar, brindan información y recomendaciones directamente a los apicultores en sus dispositivos inteligentes, afirmó.

El ApisProtect Monitor funciona de forma remota, sin alambres o cables que sobresalgan y obstaculicen las operaciones diarias de los apicultores. Los dispositivos que funcionan con baterías utilizan tecnología inalámbrica para comunicarse directamente con las estaciones base en el colmenar. Esto reduce la frecuencia con la que los apicultores necesitan abrir colmenas, una actividad que puede ser extremadamente perjudicial para las colonias, dijo O’Mahony.

—por Matt Milkovich