El noroeste tiene una mayor diversidad de la chinche marrón marmolada que la costa este. La plaga ha alcanzado altos niveles poblacionales en el valle de Walla Walla, y ¿qué tal de la avispa samurái que se supone sea la solución? Puede que ya haya funcionado.

Al menos una vez.

Esos fueron algunos de los datos muy valiosos que Nik Wiman, un entomólogo de la Universidad Estatal de Oregón, compartió con los productores en la reunión anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington en diciembre.

Con la presentación del estado general de la chinche apestosa, Wiman les informó a los productores que los investigadores han confirmado que la avispa samurái se ha establecido en el área de Portland y se ha extendido por sí sola a algunas áreas circundantes. En un caso, la avispa parasitaria hizo lo que todos esperaban: matar a una masa de huevos marrón marmolados.

Nik Wilman (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Durante dos años, Wiman e investigadores de OSU han estado liberando avispas samurái, Trissolcus japonicus, una importación parasitaria de Asia nativa de la misma región que la chinche marrón marmolada, o CMM, para probar su efecto en la creciente población de plaga. Tanto ellos como la industria frutícola esperan que la avispa sirva como control biológico de la CMM, una plaga voraz tanto para las áreas agrícolas como las urbanas.

La CMM ha causado importantes pérdidas económicas a los productores de manzanas de la región Atlántico central. Hasta el momento, las aplicaciones profilácticas de insecticidas de amplio espectro han funcionado, pero estos perturban la interrupción del apareamiento y otros programas integrados de manejo de plagas. “No queremos estar aplicándolos a nuestros sistemas de huertos a diestra y siniestra”, afirmó Wiman.

En 2016, el personal de la universidad liberó 50 avispas hembras en seis sitios. En 2017 redoblaron sus esfuerzos al desplegar 40 hembras por sitio en 24 sitios, centrándose en las áreas con plantas hospederas susceptibles a la CMM en regiones de huertos entre mayo y agosto. Con esas hembras, también colocaron masas centinelas de huevos de CMM criadas en su laboratorio solo para asegurarse de que las avispas fueran viables. Las masas de huevos se pueden regresar al laboratorio y las avispas pueden criarse fuera de los huevos. En al menos 13 sitios de liberación, la avispa se recuperó con éxito, lo que sugiere que establecieron poblaciones. En otros cinco sitios, los investigadores encontraron a las avispas en lugares donde no las habían liberado.

En otro caso, un atento maestro jardinero encontró una masa de huevos silvestres de CMM negra y lo reportó a la página web de la universidad. Los investigadores confirmaron que fue causada por la avispa samurái, la cual fueron capaces de criar e identificar a partir de la masa de huevos en el laboratorio.

Eso significa que el plan funcionó al menos una vez.

En otras malas noticias, Wiman informó que la CMM se está moviendo.

El Valle de Willamette de Oregón sigue siendo el centro de la acción del noroeste. Tanto es así que los investigadores ni siquiera se molestan en dar mucho seguimiento a los movimientos allí.

Pero las poblaciones también han estado creciendo en otros lugares. Las plagas han alcanzado niveles elevados en el Valle de Walla Walla y en Milton-Freewater, donde se cultivan cerezas dulces, manzanas y gran cantidad de uvas de vino. “El Valle de Walla Walla en el lado de Washington actualmente tiene poblaciones masivas de esta plaga, así que, en términos de impacto económico, es el primer lugar donde anticipo que le dará un golpe a Washington”, indicó Wiman.

Además, el insecto ha aparecido en huertos de perales y empacadoras cerca del río Hood en la garganta del río Columbia, lo que hace que los productores “entren un poco en pánico”, declaró. La gente también ha reportado daños causados por la chinche apestosa en el condado de Jackson en el sur de Oregón, una región de cultivo de pera, aunque los entomólogos aún no han confirmado que se trate de la chinche marrón marmolada. La región Noroeste del Pacífico alberga más de 30 especies nativas de chinches apestosas; algunas son plagas, algunas son depredadoras.

Mientras tanto, Wiman y sus coinvestigadores están aprendiendo más sobre cómo se mueve la CMM por el país.

Saben que vino de Asia, probablemente afectando a Europa en Suiza, Hungría y Grecia antes de llegar a la costa del este de América. Por lo general, primero invade hogares y plantas ornamentales, para luego trasladarse a tierras agrícolas. En el año 2010, causó grandes daños a los manzanos en la región central del Atlántico.

En la costa oeste, se detectó por primera vez en 2004 en Oregón, donde también se han sufrido pérdidas económicas. Wiman y sus expertos han confirmado historias de familias provenientes de la costa este que encuentran a estos insectos desbordándose de los camiones de mudanza cuando llegan a sus nuevos hogares en el área del Estrecho de Puget de Washington.

“Sabemos que son muy buenos autoestopistas”, afirmó.

Sin embargo, estudios recientes de ADN han determinado que la población de CMM en el noroeste parece tener al menos cuatro grupos genéticos distintos, a diferencia de solo uno en el este, lo que los lleva a especular que poblaciones únicas están llegando directamente de Asia a través de los puertos. Sin darse cuenta, Oregón las ha enviado a California, y a la región Atlántico Central parece estar regresando el favor y los envía a Italia, donde los insectos han alcanzado niveles de infestación en los huertos de durazno.

En cuanto a determinar la manera en la que interactúan con los huertos, Wiman indicó que tiene más trabajo por hacer.

Saben que la CMM come tanto la fruta como la porción vegetativa de los árboles. Para el caso, la plaga se come casi cualquier cosa. Pero los resultados irregulares de las inspecciones y de las trampas le hacen dudar si los productores pueden usar trampas de manera confiable para guiar los regímenes de rociado.

De acuerdo con los estudios de Wiman, en el caso de las cerezas las poblaciones continúan aumentando en los huertos después de que se recoge la fruta, pero la mayor parte del daño ocurre justo antes o durante la cosecha. Las trampas fronterizas capturaron más que las trampas interiores en los bloques de cerezos a lo largo de la temporada, por lo que quizás los tratamientos fronterizos funcionarán como una estrategia de manejo, explicó.

En los huertos de perales, la población parece alcanzar el máximo durante la cosecha, aunque el daño se presenta en la primavera y a principios de verano, disminuyendo a finales de julio y aumentando nuevamente a finales de agosto y septiembre. Las trampas capturaron más de ellas en el centro del bloque que en las orillas, contrario al patrón de los cerezos.

“En este punto, no tengo otra conclusión aparte de que vamos a necesitar mucha más información”, declaró Wiman.