Cada aliento se siente como una limpieza profunda en su nariz, como el olor punzante del rábano picante o del wasabi, a medida que el tractor incorpora la harina de semilla de mostaza al suelo. ¿Pero creará una pizarra limpia para un huerto nuevo como lo hace para sus senos paranasales?

Esa es la pregunta que se estará probando en un estudio de campo en Columbia Basin en Washington en los próximos años, ya que en esta primavera, el productor Jim Baird plantó Cosmic Crisp en una zona de replantación que fue tratada con harina de semillas de mostaza el año pasado como alternativa a la fumigación.

Los experimentos del patólogo Mark Mazzola del Departamento de Agricultura de los EE. UU. demostraron que el uso de la harina de semilla de mostaza en la preparación del terreno combate mejor la enfermedad de replantación que la fumigación, y también reduce los nematodos parásitos y otros patógenos como la fumigación, pero debido a que también favorece ciertos microbios beneficiosos, los cambios duran más.

En estudios de cinco años, la producción de árboles en los suelos tratados con mostaza ha producido tanto o más que los árboles en suelos fumigados de manera convencional.

La harina de semilla de mostaza amarilla resalta en un puñado de tierra. Los productores Jim Baird y Mike Robinson, que aplicaron la rectificación del suelo en un lugar de replantación en Columbia Basin, Washington, el verano pasado, esperan que altere la comunidad microbiana del suelo para combatir la enfermedad de replantación y sea más duradero que la fumigación. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Con 12 acres, el huerto de Columbia Basin será la primera prueba a escala de campo para medir la viabilidad y el costo de la técnica de lucha contra la enfermedad de la replantación, dijo Tianna DuPont, especialista de la Extensión de la Universidad Estatal de Washington que está trabajando con Baird y el horticultor Mike Robinson.

“La idea es que has cambiado a la comunidad para que los beneficios sean iguales a los de la fumigación, pero que puedan continuar por más tiempo,” dijo Robinson. “Esperamos obtener un aumento en la calidad o la cantidad de fruta, pero aún no lo sabemos.”

En el calor húmedo del verano, esparcieron la penetrante harina de semilla de mostaza amarilla en hileras a través de cada fila de árboles y la labraron con un tractor. Luego, cubrieron cada hilera con lonas negras para atrapar los gases volátiles de la mostaza para que estos puedan hacer su trabajo sobre los microbios del suelo.

“El objetivo es aumentar el número de tipos buenos para superar la compleja enfermedad de replantación,” dijo Robinson. “Pero te diré algo, realmente no te gustaría tener eso en tus ojos.”

En el terreno se está probando otra alternativa a la fumigación “menos picante” conocida como desinfestación anaeróbica del suelo (ASD, Anaerobic Soil Disinfestation).

El proceso utiliza biomasa vegetal —en este caso, triticale cultivado el verano pasado en el huerto— que se labra en el suelo, se remoja con abundante agua y se cubre con lonas plásticas durante varias semanas.

Esto crea un ambiente anaeróbico en el que prosperan ciertas bacterias que no necesitan oxígeno y se producen compuestos volátiles que son tóxicos para los patógenos y nematodos del suelo a medida que descomponen el pasto.

La popularidad de la ASD está creciendo en los campos de fresas de California, donde la técnica orgánica a menudo genera rendimientos similares a los de la fumigación, pero su desempeño depende de los patógenos presentes, la temperatura y el tipo de pasto o material vegetal utilizado, dijo Mazzola.

Cubrir la harina de semilla de mostaza con lonas tiene la función de atrapar los compuestos volátiles, de manera que se puedan provocar cambios en la comunidad microbiana del suelo —al matar patógenos y fomentar organismos beneficiosos— para beneficiar a los árboles a largo plazo. Este estudio, dirigido por la educadora de Extensión de la Universidad Estatal de Washington, Tianna DuPont, es la primera prueba a gran escala de la técnica que mostró un gran potencial en los estudios iniciales. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

“Estos sistemas son complejos,” manifestó. Sus propios estudios de laboratorio y campo muestran que la ASD puede controlar la enfermedad de replantación del manzano, pero muchos factores siguen siendo poco comprendidos respecto a cómo y cuándo funciona. “Estamos tratando de desmenuzar este sistema para que realmente podamos utilizarlo.”

Uno de los retos para aprovechar este complejo proceso biológico es que debe hacerse en el verano para obtener las temperaturas ideales del suelo, dijo DuPont. Otro inconveniente es que “debes renunciar a un año de campo abierto,” dijo Robinson.

Pero, ese año de producción perdida podría valer la pena si se demuestra la desinfestación anaeróbica.

“Simplemente lleva más tiempo, pero puedes regar tu alfalfa existente,”dijo Robinson— y producirla de una manera más barata que si se compraran toneladas de harina de semilla de mostaza.

El costo de la harina de semilla de mostaza debe de bajar pronto, dijo DuPont. Farm Fuel Inc., la compañía con sede en California que está desarrollando productos de semilla de mostaza, acaba de iniciar la producción en Sunnyside, Washington, y al trabajar allí con una instalación donde se machacan las semillas cultivadas en el noroeste —dijo la directora ejecutiva Stefanie Bourcier— se reducirán los costos de acceso, en comparación con el transporte del producto en camión desde California. Este año, la compañía planea presentar el registro de plaguicidas para la harina de semillas trituradas ante la EPA —dijo— para que puedan producirlo y comercializarlo para este uso.

Además, Mazzola dijo que algunos experimentos recientes sugieren que reducir la tasa de la harina de mostaza en aproximadamente un tercio proporciona los mismos beneficios de crecimiento de árboles y supresión de enfermedades a un costo menor.

Para ver si funcionan las técnicas alternas y cómo lo hacen, los investigadores están cultivando plántulas en el laboratorio en varias muestras de suelo y están buscando la presencia de patógenos fúngicos y nematodos en las raíces de las plántulas. Mazzola también hará un análisis del microbioma del suelo para buscar especies indicadoras clave y la secuenciación genética para ver cómo difiere la comunidad de los suelos en su totalidad entre los tratamientos. En los próximos años, también medirán el crecimiento y la producción de los árboles.

Este año, DuPont planea expandir el estudio a otros dos lugares, en Tonasket y Rock Island.

“Todavía estamos resolviendo los obstáculos de cómo implementarlo y cuáles deberían ser nuestros objetivos: ¿qué tan húmedo debemos tener el suelo?, ¿cuáles son las mejores fuentes de carbono para la ASD? Así que seguimos acotando eso,” afirmó. “Estamos tomando lo que aprendimos el año pasado y seguimos refinándolo y asegurándonos de que funcione en diferentes tipos de suelo.”

Los productores Jim Baird, a la izquierda, y Mike Robinson conversan en el tractor durante un descanso después de labrar la harina de semilla de mostaza en las hileras de árboles del sitio del experimento de 12 acres donde se estudian alternativas a la fumigación en Columbia Basin. Baird planea plantar Cosmic Crisp en este lugar esta primavera. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Es genial ver estos nuevos estudios de campo que le ayudarán a los productores a comprender los costos y beneficios de estos tratamientos —dijo Mazzola— pero piensa que también se necesitan más experimentos de laboratorio, especialmente con la ASD, para descubrir la mejor manera de usar la técnica.

“Si no sabes por qué está funcionando algo y cómo pudiera alterar el ambiente a la respuesta, pudieras estar tirando el dinero,” subrayó.

En última instancia, espera que las empresas comercialicen las técnicas y las ofrezcan a los productores como un servicio similar al modelo de fumigación, afirmó.

Farm Fuel actualmente trabaja con productores de California para proporcionar ASD como un servicio, desde fuentes de carbono hasta el monitoreo del suelo, dijo Bourcier, y es algo a lo que están abiertos en el futuro con la harina de semillas de mostaza, tal vez en asociación con proveedores de servicios agrícolas locales.

“Es la parte de la aplicación lo que la convierte en una herramienta valiosa para los agricultores,” declaró.