Los estudios de casos de dos grandes viñedos de Washington y dos viñedos más pequeños de Oregón encontraron que los productores que compran máquinas para mecanizar las tareas frecuentes tendrán ahorros en comparación con aquellos que dependen de la mano de obra. La cosecha mecanizada ofrece el mayor retorno, con un resultado de rentabilidad de más de $ 1,200 por acre cada año, tanto en un viñedo de 500 acres como en un viñedo de 40 acres. La poda de tallos fue la única tarea no apta para la mecanización.

Sin importar la tarea, ni el estado; ni el tamaño. En la actualidad, prácticamente siempre es mejor mecanizar los viñedos.

Esta es la conclusión de Clark Seavert, un economista agrícola de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), quien recientemente hizo los cálculos como parte de un estudio que comparó la rentabilidad de mecanizar las tareas comunes con el uso de mano de obra en viñedos de varios tamaños en Oregón y Washington.

En casi todos los casos —con la única excepción de la poda de tallos— el flujo neto de efectivo anual por hectárea fue mayor con la mecanización. Los resultados le han probado que los productores deben mirar más allá de los precios sorprendentemente altos de los equipos al tomar decisiones y evaluar tanto su rentabilidad como su viabilidad financiera, aseguró Seavert.

“Todos dicen que no se pueden dar ese lujo”, Indicó Seavert. “Se escucha todo el tiempo”.

Seavert recomienda otra forma de valorar las inversiones en equipos costosos, en vez de enfocarse solo en cuánto tiempo tarda pagarlos.

Seavert comparó los retornos netos proyectados de tareas durante 10 años en viñedos de estudio de caso de 20 acres y 40 acres en Oregón y 100 acres y 500 acres en Washington. Los viticultores de Oregón por lo general trabajan a menor escala que sus vecinos al norte, donde la mecanización ya tenido un mayor impacto.

Para determinar la rentabilidad, Seavert calculó el “valor neto actual” de mecanizar cada tarea del viñedo, el cual marca la diferencia entre las entradas y salidas de efectivo a lo largo de un tiempo. “Todo tiene que ver con el flujo de efectivo”, aseguró.

Seavert no desestimó el costo de pagar por un equipo caro. Lo monitoreó como parte de las salidas y lo nombró como el “periodo de amortización”, justo al lado de sus conclusiones sobre su rentabilidad.

Analizó equipos que oscilan en precio entre $30,000 USD por un deshojador remolcado por un tractor rutinario de $75,000 USD y una combinación de cosechador y podadora de precisión con un valor de $470,000 USD. Seavert solo calculó la rentabilidad de esa elección costosa para el viñedo de 500 acres de Washington. Los periodos de amortización varían de menos de un año hasta 25 años, dependiendo del tamaño del viñedo.

A pesar del periodo de amortización, sin embargo, todas menos una de las tareas que comparó resultaron rentable cada año al mecanizarse, aún si la máquina no ha se ha pagado del todo para entonces.

El proyecto fue financiado por subvenciones de $30,000 USD de la Comisión del Vino del Estado de Washington y la Fundación de la Familia Erath, una entidad sin fines de lucro con sede en Portland, Oregón nombrada en honor a la bodega de Dundee, Oregón. Es el primer proyecto que recibió financiación directa de la Comisión de Vino, informó Melissa Hansen, directora del programa de investigación. Normalmente, la comisión envía dinero a un programa de estatal investigación de uvas y vino que financia subvenciones competitivas.

Seavert ha estado dando presentaciones sobre este trabajo y compartirá los detalles en un seminario web próximo.

Tiene planes de proseguir sus estudios para realizar evaluaciones económicas similares sobre el arrendamiento de equipos, así como valorar sus consecuencias en términos de la liquidez, solvencia y capacidad de reembolso al comprar, arrendar, arrendar por encargo o quizá compartir compras y mantenimiento de equipos con productores vecinos.

Su trabajo es similar al que algunos vendedores hacen por sus clientes, explicó Grant De Vries, representante de ventas para empresa Vine Tech Equipment en Prosser, Washington. De Vries, uno de varios colaboradores industriales del trabajo de Seavert, tiene sus propias hojas de cálculo para estimar los costos de los clientes.

Los resultados son informativos, pero cada productor es un poco diferente ya que cada uno usa la maquinaria de una forma un poco diferente, indicó De Vries.

Entre los hallazgos de Seavert:

—La mecanización no sería rentable para un viñedo que use la poda de tallos como sistema de entrenamiento en Oregón, donde la poda de tallos es más común que en Washington.

-Para los productores de 20 acres y 40 acres en Oregon, la contratación de operadores personalizados sería más rentable que comprar equipos para casi todas las tareas. Solo para la cosecha de un viñedo de 40 acres sería más rentable comprar su propio equipo.

—En Washington, la mecanización de todos excepto uno de los viñedos sería más rentable que el uso de mano de obra, si tienen menos de dos años para pagar el equipo. El raleo y despampanado de brotes implicaría un periodo de recuperación de seis años para un*Este artículo fue publicado originalmente en la edición del 15 de mayo de 2019 de Good Fruit Grower.

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