Este artículo apareció originalmente en la edición del 1 de enero de 2020 de la revista Good Fruit Grower: More growers count in census count update


Erica Bland poda perales en noviembre en el huerto de su familia, Cozy Cove Orchard, cerca de Cashmere, Washington. Bland, una productora de peras de cuarta generación, ahora es oficialmente reconocida como tal en los datos del censo del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA, por sus siglas en inglés) debido a nuevas metodologías estadísticas diseñadas para incluir a más personas. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Erica Bland poda perales en noviembre en el huerto de su familia, Cozy Cove Orchard, cerca de Cashmere, Washington. Bland, una productora de peras de cuarta generación, ahora es oficialmente reconocida como tal en los datos del censo del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA, por sus siglas en inglés) debido a nuevas metodologías estadísticas diseñadas para incluir a más personas. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Erica Bland, una productora de peras de cuarta generación en Cashmere, Washington, creció en el huerto de su familia y lleva trabajando allí nueve años a tiempo completo. Ella es la conductora principal del tractor. Supervisa equipos de trabajo, gestiona nóminas y protagoniza videos promocionales producidos por su equipo de ventas.

Sin embargo, Bland, y muchos productores jóvenes como ella, no contaba oficialmente como agricultora hasta que se publicaron los resultados federales más recientes del Censo de Agricultura el año pasado.

“Los agricultores de mi edad están en las mismas, no se nos considera propietarios, pero poco a poco nos encaminamos a tomar las riendas de las granjas de nuestras familias”, señaló Bland, de 31 años.

Ella se encuentra dentro de una nueva ola de productores agrícolas que fueron reconocidos en el más reciente conteo de todo lo relacionado con la agricultura del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), gracias a un ajuste en la metodología que recopiló información demográfica sobre una base más amplia de tomadores de decisiones en cada granja, en lugar de un solo productor “principal”. El cambio sirvió para ampliar la definición de “agricultor” y dar cabida a un panorama agrícola cambiante.

La encuesta también recabó información sobre la edad, raza, años en la granja y otros detalles para hasta cuatro “productores” en cada granja, en lugar de tres. En 2012, los padres de Bland no la incluyeron en el conteo, pero en 2017, sí lo hicieron.

Este cambio se traduce en muchos más productores en general y una mayor proporción de jóvenes agricultores y mujeres.

Según la nueva metodología, la industria de la fruta y la nuez de árbol tenía casi 66,000 mujeres productoras en 2017, pero solo 46,000 en 2012. No se trata de que las casi 20,000 mujeres emprendieran de forma súbita en el negocio en los últimos cinco años, sino que esas mujeres que trabajan en la industria ahora el USDA las toma en cuenta. Asimismo, en 2017 había 16,100 productores de entre 25 y 34 años en la industria, unos 8,900 más que hace cinco años.

Ese era el objetivo, señaló Virginia Harris, una estadista del Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas del USDA, que se encarga de tabular el censo.

La agencia cambió su cuestionario para integrar las solicitudes de grupos de la industria con el fin de incluir un espectro más amplio de personas involucradas en la agricultura, en lugar de un operador principal. El antiguo mecanismo dejaba a las agencias y empresas agrícolas con una imagen incompleta de su base de clientes.

“Los clientes son todas las personas que toman decisiones en esa granja”, afirmó Harris.

La Coalición Nacional de Jóvenes Agricultores era uno de los grupos que buscaban estos cambios.

“El viejo modelo excluía a muchas personas que tomaban decisiones”, explicó Erin Foster West, directora de campañas occidentales de la organización con sede en Nueva York.

Y no se trata solo de mujeres o jóvenes, aclaró. Algunas de las granjas de sus miembros son operadas por dos socios comerciales, no por una familia encabezada por un sabio y querido padre. Las tareas agrícolas también han cambiado, ya que la seguridad alimenticia, el papeleo relacionado con los pesticidas y el pago de la nómina se han convertido en trabajos de tiempo completo.

Sarah Lott Zost

Sarah Lott Zost

Ahora también Sarah Lott Zost tiene derecho a gozar del estatus de agricultor —o productor— en el huerto de su familia, Bonnie Brae Fruit Farms, en Gardners, Pennsylvania. La agricultora de 28 años solía ser una trabajadora temporal en 2012, pero desde entonces ha asumido una variedad de responsabilidades: gestión de H-2A, seguridad alimenticia, inspecciones de campamentos, registros de producción y nóminas. Incluso, llenar el censo de 2017 fue parte de su trabajo. Esta primavera, después de las reuniones y giras de invierno, revisó el plan de siembra de su granja familiar y lo supervisó.

Ella piensa que el cambio tiene sentido.

“Cuando la definición de quién cuenta como agricultor o productor se limita a los dirigentes … dentro de cualquier operación, se limita arbitrariamente a quién se cuenta”, afirmó Lott Zost. Ampliar la recopilación de datos ayudará a la industria en general, que hoy incluye muchos grupos que apoyan a los agricultores jóvenes. Ella es la copresidenta de la Alianza de Productores Jóvenes (“Young Grower Alliance”), una red educativa de la Extensión de la universidad de Penn State.

En Washington, Bland trabajó la mayor parte de su vida en el huerto de perales bajo la guía de su padre, Vince, y su madre, Lesa. Lesa se encarga de la contabilidad, e incluso la de los huertos vecinos, mientras que Vince se encarga de la mayor parte del trabajo hortícola. El prometido de Bland también trabaja a tiempo completo en la granja.

Bland comenzó a arrendar su propia parcela pequeña, con el fin de, por un lado, forjar su propia carrera y, por el otro, calificar como miembro de la junta directiva de Blue Star Growers, la cooperativa empacadora a la que su familia lleva la fruta.

Lo irónico del nuevo reconocimiento del censo para Bland es que ella lleva siendo la “cara” de Cozy Cove Orchard de su familia ya algunos años. Primero apareció en videos cortos para Rainier Fruit, la compañía de ventas de Blue Star, que la mostraban conduciendo sus tractores y trabajando en la oficina. Rainier también la llamó como portavoz de Pears for Pairs, una campaña de caridad con la empresa Hanes. El Buró de la Pera del Noroeste (“Pear Bureau Northwest”) utilizó videos de ella en su marketing. En la actualidad, la cadena de supermercados con sede en Nueva York Wegmans Food Markets está en pláticas con ella sobre sus propios videos.

A los ojos de compradores y consumidores, toda la publicidad solo consolida su papel como agricultora.

“Esta es la nueva era … en la que vivimos, la gente quiere saber de dónde proviene su fruta”, aseguró Bland.

—por Ross Courtney