La super-promocionada Cosmic Crisp está en el mercado y de camino. ¿Y ahora qué?

El programa de mejora de manzanas de la Universidad Estatal de Washington, el cual lanzó la variedad, se encuentra en una encrucijada. La obtentora Kate Evans tiene más variedades nuevas en desarrollo. Su invernadero necesita renovaciones. Ella quiere ayuda en su huerto de investigación.

Mientras tanto, aunque WA 38, la cual se comercializará como Cosmic Crisp, todavía está a unos pocos años de aparecer en los estantes de las tiendas, la universidad enfrenta decisiones sobre cómo asignar los regalías que se estima lleguen a millones de dólares.

El programa de mejora de 24 años es joven en comparación con sus competidores del resto del mundo. Los de la Universidad de Cornell y la Universidad de Minnesota datan de finales del siglo XIX. Sin embargo, la industria de la manzana espera que Evans y su equipo se aprovechen del éxito de Cosmic.

“Al igual que cualquier otro programa de mejora, creo firmemente que debería evolucionar”, informó Evans a los productores en enero durante la reunión evaluación de la investigación organizada por la Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington en Pasco. “El programa de mejora de WSU, como cualquier programa de mejora, evolucionará”.

Ella y la industria tienen algunas sugerencias sobre cómo lo hará.

El invernadero le depara trampas —literalmente— al personal de mejora de WSU que intenta aprovechar el éxito de Cosmic Crisp según se mueve por estrechas entradas en proceso de podredumbre y suelos de cemento rotos y cubiertos con chapa de acero y restos de madera improvisados. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Instalaciones

Evans busca más trabajadores para ayudar a mantener el huerto de investigación Columbia View al norte de Wenatchee y pruebas de ADN más precisas para ayudarla a seleccionar genéticamente en función de una gama más amplia de rasgos. Pero las necesidades de mejora de las instalaciones, que están también en la cima de su lista de deseos, pueden ser las más obvias.

Evans y su personal en el Centro de Investigación y Extensión de Árboles Frutales de Wenatchee comparten un invernadero y almacenes con otros programas.

La estructura de 60 años, a cuyo piso le faltan tablones y a la cual una piedra le sirve como soporte de una puerta, permite la entrada de ratones y ratas atraídos por sus tiernas plántulas.

Un letrero laminado escrito a mano ruega a los visitantes que mantengan fuera frijoles, granos y semillas. Su personal construyó jaulas para atrapar ratas con criba de malla fina que se atornillan en marcos de madera elevados directamente sobre las plantas. Hasta ahora, eso parece estar funcionando, afirmó Evans.

Mientras tanto, las fallas de los equipos, el óxido y el abarrotamiento también entorpecen el paso de su equipo de trabajo, manifestó.

Se necesitan mejoras en otros lugares del centro de investigación de Wenatchee, el cual no ha visto ampliaciones desde los años setenta. El espacio de laboratorio es escaso. “Tengo una lista de 51 asuntos”, bromeó un miembro de la audiencia durante la reunión de evaluación.

Los productores e investigadores están presionando para obtener un plan maestro de infraestructura para los centros de investigación en Wenatchee y Prosser, los cuales tienen programas relacionados con frutas de árbol. La universidad está trabajando para lograrlo, pero no sucederá todo a la misma vez, señaló Scot Hulbert, decano asociado de investigación de la Facultad de Ciencias Agrícolas, Humanas y de Recursos Naturales de la WSU o CAHNRS, por sus siglas en inglés.

El reemplazo y la contratación de empleados en la WSU requieren tiempo. En mayo, Hulbert reemplazó a Jim Moyer, ahora jubilado, mientras que el nuevo decano de la Facultad de Agricultura, André-Denis Girard Wright, estaba previsto a comenzar el 1 de junio.

La universidad está en proceso de contratar a un fisiólogo de poscosecha y a un especialista en suelos para los programas hortícolas. Esos profesores necesitarán instalaciones y equipos solo para poder comenzar su trabajo. “Eso tiene que suceder ahora o muy pronto”, afirmó.

Al igual que muchas universidades, WSU tiene una lista de mantenimiento diferido. La universidad ha estado evaluando esas necesidades en todo el campus desde el año pasado, informó Kimi Lucas, directora de operaciones de CAHNRS.

Este verano, los dos centros de investigación de frutas comenzarán la creación de un plan a largo plazo cuando un equipo de diseño externo realice talleres con la facultad y el personal. Luego viene encontrar una manera de pagar por el trabajo, a través de una combinación de fondos universitarios, subvenciones, dotaciones, etc., indicó.

Parte de una dotación reciente de 32 millones de dólares de la industria de los árboles frutales, la más grande en la historia de la WSU, está prevista para instalaciones y mejoras en huertos de investigación. Sin embargo, la dotación no cubrirá todos los costos, apuntó Lucas.

“Definitivamente no sería solo la dotación”, afirmó.

El personal de las instalaciones del centro de investigación construyó jaulas improvisadas de madera y acero para proteger las plantas del programa de mejora genética de los roedores.(TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Cambios en los últimos 10 años

El programa de mejora se creó en 1994. Evans llegó en 2008, después de Cosmic Crisp y de que las selecciones L y M, las cuales todavía no habían sido lanzadas al mercado, fueran cruzadas por primera vez.

Desde entonces, la industria de la manzana ha visto numerosos cambios. Las variedades administradas, generalmente en forma de clubes, van en aumento. Honeycrisp ha establecido nuevas expectativas entre los consumidores. La tecnología de detección de marcadores de ADN ha mejorado.

A su vez, Cosmic Crisp ha creado un nuevo modelo para lanzar manzanas que evita el método de club, pero también gestiona la variedad. Los productores de Washington obtuvieron los derechos exclusivos de América del Norte para propagar y vender Cosmic durante los primeros 10 años, mientras que la universidad contrató a Propietary Variety Management, o PVM, con sede en Washington para lanzar la manzana comercialmente.

Sin embargo, eso no significa que otras variedades seguirán el mismo camino, aclaró Moyer. La universidad tiene un comité de licencias de cultivares para ayudar a planificar el lanzamiento de cada producto.

Él no cree que la ley exija que la universidad presente la comercialización de una variedad en un concurso de licitación pública, aunque así fue como PVM fue contratada para manejar la WA 38. “Depende de lo que se pida”, explicó Moyer. Si solo se trata de expedir una licencia, probablemente no; si se requieren más servicios, podría ser.

PVM también ha sido contratado para administrar WA 2, la primera manzana del programa de mejora de manzana lanzada en 2009 con el nombre comercial de Sunrise Magic.

PVM no ha hecho ninguna propuesta en ningún lanzamiento posterior, afirmaron Moyer y Lynnell Brandt, presidente de la compañía.

Evans señala cultivares en diversas etapas de desarrollo en el huerto de investigación Columbia View al norte de Wenatchee. La hilera de árboles a su derecha se conserva como árboles “madre” para cruces nuevos, mientras que las plantas a su izquierda son árboles más jóvenes que están comenzando la primera fase. “Todos los años plantamos árboles, pero cada año también retiramos árboles”, afirmó. Recibir asistencia para el mantenimiento de los bloques del huerto también está en su lista de necesidades. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Regalías

Aunque Cosmic Crisp aún se encuentra a un par de años de llegar a las tiendas, las partes interesadas ya están discutiendo cómo gastar el dinero que generará.

PVM proyecta 9 millones de cajas de 40 libras en los estantes de las tiendas en 2022. Incluso si se venden por solo 20 dólares por caja —un estimado extremadamente bajo— se generarían 180 millones de dólares en ventas. La Universidad Estatal de Washington cobra un 4.25 por ciento en regalías, o sea 7.65 millones de dólares al año. Esto no incluye las regalías que los productores pagan por cada árbol que compran.

Como se detalla en el manual de la facultad, la mitad de esas regalías se destinarán a los obtentores, la Oficina de Comercialización de la universidad y el Centro de Investigación Agrícola de la universidad. La segunda mitad debe reservarse para la “mejora de los programas de propagación vegetativa de variedades, en consulta con los obtentores”. Los árboles frutales se multiplican vegetativamente o mediante injertos; los granos como el trigo y la cebada se propagan mediante semillas.

La universidad está formando un comité de empacadores, productores y otras partes interesadas de la industria para diseñar un plan de cómo se distribuirá la segunda porción de las regalías. Los responsables de la universidad esperan convocar al grupo este verano, dijeron Hulbert y Moyer. Una idea es crear una dotación que esté diseñada para financiar el trabajo del programa, independientemente de lo que suceda con los precios y el mercado. “Nunca se sabe cuánto durará esta ola”.

Así es como la Universidad de Minnesota gestiona las regalías de sus variedades, Honeycrisp (cuyo patente ha caducado), SweeTango, Frostbite y otras. Rave se unirá a la lista pronto.

La dotación del programa de mejora de Minnesota ahora asciende a 1.6 millones de dólares —señaló Jim Luby, director de programas de mejora de frutales— la cual está diseñada para ayudar a mantener el programa en los años de escasez. “Simplemente no consigues éxitos tan a menudo”, afirmó Luby. “Es maravilloso tener algo como un Honeycrisp o una Crisp Cosmic, pero esos tipos de éxitos no sucederán cada cinco años”.

El programa de Minnesota ha lanzado 27 nuevas variedades al mundo durante este tiempo. El estado fue una vez conocido por Haralson, un popular cultivar regional lanzado en 1922 y la manzana más cultivada en Minnesota hasta que Honeycrisp fue lanzada en 1991.

Cornell, con 66 variedades de manzanas en su haber, no separa las regalías en una dotación, indicó la obtentora Susan Brown, creadora de SnapDragon y RubyFrost, aunque cree que es una buena idea para las regalías de Cosmic Crisp de WSU.

Los esfuerzos de mejora de Minnesota se financian solo a través de impuestos generales. En Cornell y la WSU, la industria contribuye directamente a través de evaluaciones de la investigación por parte de los productores. La Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington recientemente aprobó otro año de desarrollo de esquejes de manzana por parte de la WSU, dirigido por Evans, por una suma de 268,000 de dólares. Evans también recibe subvenciones de otras organizaciones.

Además de las subvenciones, la Comisión de Investigación se asocia directamente con el programa de mejora para gestionar las evaluaciones y directamente llevar a cabo algunos trabajos de apoyo a las actividades de investigación. En total, en los últimos 10 años, la comisión ha invertido 3.1 millones de dólares en actividades relacionadas con el programa de mejora.

A los productores les gustaría cambiar su papel en la financiación en el futuro, aseguró Mike Willett, gerente de la Comisión de Investigación. No planean retirar su apoyo, pero piensan que las regalías deberían financiar el programa básico, desde el cruce hasta la evaluación de la fruta, mientras que las subvenciones de la comisión deberían financiar nuevas ideas y experimentos.

“El uso de los fondos de las regalías para apoyar las actividades centrales del programa de mejora liberaría los recursos de los productores para permitir mayor énfasis en la financiación de nuevas e innovadoras direcciones de investigación en el programa de mejora de manzanas”, subrayó.

Algunos productores de la comisión contactados por Good Fruit Grower defirieron sus comentarios a Willett.

Moyer y Evans están contentos de escuchar que los productores están dispuestos a continuar financiando el programa a cierto nivel. Creen que la inversión de la industria mantendrá a los productores y empacadores “en la mesa”, como Evans lo describió, involucrándose en la toma de decisiones y la creatividad.

“Una de las fortalezas de este programa es que interactúa mucho con la industria”, concluyó Evans.