Este artículo apareció originalmente en la edición del septiembre de 2020 de la revista Good Fruit Grower: A year of wings and prayers.


Tarimas de cerezas térmicamente aisladas esperan en fila el pasado junio para ser embarcadas en un avión de carga Boeing 747 y enviadas a Shanghái desde el aeropuerto internacional del condado de Grant por Columbia Pacific Aviation Inc., en Moses Lake, Washington. En el fondo, y sin relación con la carga de cereza, se encuentran los aviones de triste fama Boeing 737 Max puestos a tierra por la Administración Federal de Aviación por motivos de seguridad. El aumento del tráfico aéreo en este aeropuerto mientras que las exportaciones en general disminuyen es solo un ejemplo de las contradicciones de la cosecha de cerezas de 2020. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Tarimas de cerezas térmicamente aisladas esperan en fila el pasado junio para ser embarcadas en un avión de carga Boeing 747 y enviadas a Shanghái desde el aeropuerto internacional del condado de Grant por Columbia Pacific Aviation Inc., en Moses Lake, Washington. En el fondo, y sin relación con la carga de cereza, se encuentran los aviones de triste fama Boeing 737 Max puestos a tierra por la Administración Federal de Aviación por motivos de seguridad. El aumento del tráfico aéreo en este aeropuerto mientras que las exportaciones en general disminuyen es solo un ejemplo de las contradicciones de la cosecha de cerezas de 2020. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Justo cuando pensábamos que el mundo no necesitaba otra sorpresa este año, llegó la excéntrica temporada de cerezas dulces del noroeste de Estados Unidos.

Los precios eran altos, la fruta se vendía con rapidez y a las oficinas de ventas se les hacía difícil encontrar suficiente fruta para satisfacer la demanda. Mientras tanto, la lluvia, el viento, las heladas y el virus de la cereza pequeña disminuyeron la cosecha en algunos lugares, pero en general, la industria acabó más o menos donde los funcionarios habían pronosticado a principios de junio. Las exportaciones se redujeron, pero una nueva sede de carga aérea tuvo un aumento en los vuelos de carga de cerezas.

Por supuesto, la pandemia de coronavirus acechaba detrás de todo ello, cambiando los hábitos de los compradores, pero al final parece que los pedidos de entrega a domicilio impulsaron la demanda, después de que los expertos en mercadotecnia pasaran la primavera preocupados de que ocurriera lo contrario.

“Es solo un año más en el negocio de las cerezas, porque nunca son iguales”, indicó B. J. Thurlby, presidente de Northwest Cherry Growers, la organización de Yakima, Washington, que comercializa colectivamente fruta de Washington, Oregón, Idaho, Montana y Utah.

“Pero yo diría que ha sido un año monumental”.

En cuanto a las buenas noticias, los precios se mantuvieron altos durante toda la temporada, con un promedio de precios FOB hasta finales de julio para las variedades oscuras y las rojizas aproximadamente un 40 por ciento más alto que el promedio de los tres años anteriores.

Mac Riggan, director de mercadotecnia de Chelan Fresh de Washington, describió a la temporada de marketing como “perfección”.

“Hombre, las cerezas se están vendiendo como loco”, aseguró Riggan.

Por lo general, los precios comienzan altos con los primeros envíos y disminuyen a medida que desaparece el entusiasmo de la temporada. Este año, los precios se mantuvieron por encima de 2.50 USD por libra (5.50 USD por kilogramo) hasta julio. Por ejemplo, el 16 de julio, el FOB promedio para las cerezas dulces oscuras fue de 2.68 USD, un 56 por ciento más alto que el promedio de los tres años anteriores en la misma fecha.

Octavio Ramírez de Brewster recoge cerezas Sweetheart en el huerto Haspa Hill Fruit Growers cerca de Chelan, Washington. Aunque la cosecha total de cerezas del noroeste de Estados Unidos alcanzó aproximadamente el volumen pronosticado en junio, los rendimientos fueron irregulares. Este bloque produjo menos de la mitad de sus habituales 19.8 toneladas por hectárea (8 toneladas por acre). (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

Octavio Ramírez de Brewster recoge cerezas Sweetheart en el huerto Haspa Hill Fruit Growers cerca de Chelan, Washington. Aunque la cosecha total de cerezas del noroeste de Estados Unidos alcanzó aproximadamente el volumen pronosticado en junio, los rendimientos fueron irregulares. Este bloque produjo menos de la mitad de sus habituales 19.8 toneladas por hectárea (8 toneladas por acre). (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

Riggan sospecha que hay una lección que debemos aprender este año. Tal vez, señaló, los precios puedan permanecer altos en los años venideros y alcanzar una nueva normalidad, para tomar prestada una frase pandémica muy trillada. Durante muchos años, décadas atrás, las cerezas dulces se vendían a 0.99 USD por libra (2.18 por kilogramo) como regla. “Creo que los nuevos 99 centavos podrían ser $2.49 o $2.99 de aquí en adelante”, afirmó.

La gran demanda también provocó frustración a los representantes de ventas, a quienes a veces se le dificultaba cumplir con los pedidos. Esto difirió de la primavera, cuando los ejecutivos de comercialización veían la próxima temporada tanto con optimismo como con inquietud, explicó Thurlby. Las estadísticas muestran habitualmente que las cerezas frescas dependen en gran medida de compras impulsivas en las tiendas, pero un marcado aumento de las compras en línea implicaba que la gente visitaba las tiendas con menor frecuencia.

Sin embargo, una vez que comenzó la temporada, los compradores siguieron recogiendo cerezas, ya sea a través de pedidos en línea o en bolsas preempacadas de los exhibidores, mientras se abrían paso apresuradamente por las tiendas. La publicidad y los anuncios sobre los beneficios de las cerezas para la salud pueden haber sido bien recibidos por los compradores que de repente enfrentaban problemas de salud, apuntó Thurlby.

La industria de las cerezas, la cual no tiene el presupuesto necesario para competir con las grandes empresas de alimentos en materia de publicidad, depende de los propios minoristas para exhibir las cerezas de forma prominente en las tiendas y este año se ha esforzado por convencer a los minoristas de que hagan lo mismo en línea. Walmart llevó el esfuerzo un paso más allá este año, al repartir bolsas gratis con muestras de cerezas del noroeste de Estados Unidos que se podían recoger en la acerca enfrente de la tienda.

“Por primera vez, una tormenta perfecta ha operado a su favor (para los productores), no en su contra”, afirmó Thurlby.

Jeff Berg publica su foto con una muestra de cerezas del noroeste de Estados Unidos que regala a los clientes que recogen sus pedidos en la acera a finales de junio en un Walmart de Bentonville, Arkansas. Las muestras entregadas de acuerdo con las medidas de distanciamiento social es una de las muchas maneras que los comercializadores han ideado para la promoción de las cerezas durante la pandemia de coronavirus. Berg es un orador motivacional y capacitador corporativo que a veces se contrata con Walmart. (Cortesía de Northwest Cherry Growers)

Jeff Berg publica su foto con una muestra de cerezas del noroeste de Estados Unidos que regala a los clientes que recogen sus pedidos en la acera a finales de junio en un Walmart de Bentonville, Arkansas. Las muestras entregadas de acuerdo con las medidas de distanciamiento social es una de las muchas maneras que los comercializadores han ideado para la promoción de las cerezas durante la pandemia de coronavirus. Berg es un orador motivacional y capacitador corporativo que a veces se contrata con Walmart. (Cortesía de Northwest Cherry Growers)

Volumen esporádico

Thurlby esperaba que la cosecha de cerezas de 2020 alcanzara apenas unas 200,000 toneladas, el volumen más bajo desde 2015. La tala de árboles, impulsada por el virus de la cereza pequeña, provocó entre 25,000 y 30,000 toneladas de esa reducción, mientras que una fuerte ola de frío a mediados de abril, un total de seis episodios de lluvia y algo de viento, aportaron el resto.

Como todos los años, los problemas fueron dispersos. Las lluvias afectaron a algunos huertos, pero dejaron a sus vecinos intactos. Las heladas afectaron a algunas elevaciones pero no a otras, aunque solo estuviesen unos 50 pies (15 metros) más arriba. Algunos bloques tenían tan poca fruta que los productores no se molestaron en recogerla. Otros productores reportaron un promedio de media cosecha. Y otros más hablaban con entusiasmo de volúmenes récord.

Drew Myers de Seattle es dueño de huertos de cerezos cerca de Benton City y Chelan, Washington. Los bloques de 22 hectáreas (55 acres) de Benton City con variedades de principios de temporada, como Chelan, Rainier y Bing, fueron pérdida total debido a las heladas y las lluvias.

El bloque de 6 hectáreas (15 acres) de Sweetheart en su huerto de Haspa Hill Fruit Growers, al norte de Chelan, produjo aproximadamente la mitad de las habituales 20 toneladas por hectárea (8 toneladas por acre).

“La fruta era la más hermosa que hemos visto, pero de bajo tonelaje”, lamentó.

Sin embargo, tiene esperanza de que estos precios se conviertan en grandes ganancias a través de su empacador, Chelan Fruit. “Estoy entusiasmado con la posibilidad de llegar a cubrir mis gastos finalmente”, afirmó.

Agapito Isabel de Pateros entrega un contenedor de cerezas Sweetheart en el huerto Haspa Hill Fruit Growers cerca de Chelan, Washington. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

Agapito Isabel de Pateros entrega un contenedor de cerezas Sweetheart en el huerto Haspa Hill Fruit Growers cerca de Chelan, Washington. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

Matt Jeffery de McDougall and Sons, una empresa productora de Wenatchee con parcelas en toda la región central de Washington, indicó que los rendimientos variaban según la ubicación, aunque en promedio eran inferiores a la mitad de lo normal. Los huertos de Monitor y Ephrata no recogieron nada, mientras que otros produjeron 30 o 35 toneladas por hectárea (12 o 14 toneladas por acre).

“A pesar de los buenos precios, sigue siendo un año en el cual solo hemos cubierto nuestros gastos”, informó Jeffery.

Erik Olson de Selah, Washington, obtuvo su cosecha más grande hasta entonces, a pesar de las fuertes olas de frío a mediados de abril, las cuales le obligaron a trabajar las veinticuatro horas del día para manejar la irrigación, las máquinas de viento y los calefactores de aceite.

“Fueron dos de las noches más duras que he pasado en mi vida”, declaró.

Dio frutos, agregó. Obtuvo un promedio de 16 toneladas por hectárea (6.5 toneladas por acre), aunque cerca del 20 por ciento de sus árboles todavía no alcanzan su plena madurez de producción. Mientras tanto, su fracción empacada fue alta, con tamaños de 9 filas y 9.5 filas, y espera con cautela que los altos precios sobre los que ha estado leyendo produzcan grandes ganancias.

“Era todo lo que un agricultor podría desear”, concluyó.


Las cerezas reciben un retoque

Jeff Akridge, a la derecha, presidente de Columbia Pacific Aviation, dirige el embarque de tarimas de cereza en un avión de carga Boeing 747 con el empleado Kroft Sunderland, a la izquierda, y el jefe de carga de Kalitta Air, Gary Ogden. Los aviones pueden cargar alrededor de 114 toneladas métricas de cerezas, las cuales deben ser distribuidas correctamente dentro del fuselaje del avión. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Jeff Akridge, a la derecha, presidente de Columbia Pacific Aviation, dirige el embarque de tarimas de cereza en un avión de carga Boeing 747 con el empleado Kroft Sunderland, a la izquierda, y el jefe de carga de Kalitta Air, Gary Ogden. Los aviones pueden cargar alrededor de 114 toneladas métricas de cerezas, las cuales deben ser distribuidas correctamente dentro del fuselaje del avión. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Si bien la baja de vuelos debido al coronavirus afectó las exportaciones de cerezas este año, el tráfico aumentó en la zona de carga en desarrollo del Aeropuerto Internacional del Condado de Grant en Moses Lake, Washington.

Los vuelos de carga de cerezas del aeropuerto rural a ciudades de China han crecido constantemente en los tres primeros años de operaciones, a pesar del aumento de los aranceles.

Se esperaba que unos 20 aviones de carga Boeing 747, cada uno con aproximadamente 114 toneladas métricas de cerezas, despegaran de Moses Lake al final de la temporada de cerezas de la región del noroeste, informó Jeff Akridge, presidente de Columbia Pacific Aviation, una compañía de servicios aéreos que gestiona los envíos.

Eso es insignificante en comparación con la principal ruta de exportación de la industria de la cereza de la región del noroeste a través del aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma, o Sea-Tac. El condado de Grant exportó solo alrededor del 5 % del volumen y el 4 % del valor en dólares que se envió a través de Sea-Tac en 2018, el único año del que se dispuso de cifras para ambos aeropuertos.

Pero el aeropuerto de Moses Lake tiene una ventaja sobre su primo mayor del oeste: una cadena de frío asignada. Columbia Pacific Aviation tiene aproximadamente 1400 metros cuadrados (15 000 pies cuadrados) de espacio de almacenamiento refrigerado y aislado donde las cerezas permanecen hasta segundos antes de que las tripulaciones las carguen en un avión en reposo a menos de un campo de futbol de distancia. De hecho, el personal que conduce los vehículos de remolque parecidos a carritos de golf retrocede hasta las cortinas de la cámara frigorífica para engancharse y esperar su turno, dejando las cerezas dentro hasta el último momento.

“Diría que lo más importante es que ayuda a nuestra cadena de frío”, apuntó Bryan Peebles, gerente de exportaciones de Chelan Fresh, la empresa que cultivó la relación con Columbia Pacific Aviation y el aeropuerto del condado de Grant.

La densidad del área de carga de Sea-Tac y la demanda por estacionamiento nocturno de aviones de pasajeros hacen que esta logística de cadena de frío para una cosecha de temporada corta como las cerezas no sea viable financieramente, explicó Ken Galka, gerente de operaciones de carga aérea de Sea-Tac. Los almacenes con cámaras frigoríficas son propiedad de los agentes del manejo en tierra, quienes las gestionan, y por lo general no están situadas inmediatamente adyacentes a la zona de carga, lo que significa que las tarimas de cerezas pasan más tiempo en el pavimento bajo lonas con aislamiento.

“En ese sentido, tenemos cierta envidia de lo que ellos pueden hacer”, indicó Galka.

Crecimiento constante durante tres años

El desarrollo del aeropuerto de Moses Lake, conocido como sede de entrenamiento de pilotos, por su uso militar y como estacionamiento para los aviones de triste fama Boeing 737 Max puestos en tierra por la Administración Federal de Aviación, fue impulsado en su mayor parte por la inversión de Columbia Pacific Aviation y el interés de Chelan Fresh.

En 2018, el primer año de los vuelos con carga de cereza, Columbia Pacific convirtió dos hangares en cámaras frigoríficas y construyó otro al año siguiente. Era un riesgo, pero Akridge reconoció el potencial.

“Vimos que era el tipo de situación en la cual, si lo construíamos, los clientes vendrían”, afirmó.

Este año se proyectó que las exportaciones de cerezas representarían alrededor del 22 por ciento de los envíos totales, por debajo del 30 por ciento normal, indicó B.J. Thurlby, presidente de Northwest Cherry Growers, la organización de Yakima, Washington, que representa a las cerezas frescas de Washington, Oregón, Idaho, Montana y Utah.

El coronavirus redujo el tráfico aéreo de pasajeros en todo el mundo, y una gran parte de la carga aérea se envía en el vientre de los aviones de pasajeros, incluso si primero sale de Washington en aviones de carga. Northwest Cherry Growers concentró sus promociones en los principales centros, como Corea, pero se retiraron en países como Vietnam, simplemente porque era difícil entregar la fruta, explicó Thurlby.

Hasta ahora, los vuelos del condado de Grant solo van a ciudades chinas, el mayor mercado potencial. Este año, la industria envió menos de 1 millón de cajas a China en total, señaló Thurlby, muy lejos de las más de 3 millones de cajas que se enviaron en 2017. En parte, los aranceles fueron responsables, pero el coronavirus y la mayor demanda interna jugaron un papel más importante, afirmó. Los precios seguían siendo altos, lo cual era una buena noticia, pero los funcionarios notaron que este año había fruta turca compitiendo más que nunca, agregó.

El negocio de cerezas del condado de Grant creció, a pesar de todo, de 15 vuelos el año pasado a 20 este año, subrayó Akridge. Además de Chelan Fresh, otras compañías están usando el aeropuerto, aunque se negó a nombrarlas.

Akridge y los funcionarios del Puerto de Moses Lake también tienen metas más allá de las cerezas. Encargaron algunos estudios preliminares sobre la exportación de arándanos, por ejemplo, e iniciaron una campaña para importar bienes de consumo de China a fin de crear el codiciado tráfico bidireccional que hace que cualquier operación de transporte sea financieramente viable.

“El transporte en ambos sentidos es la forma de hacer que funcione”, aseguró Akridge.

El condado de Grant ya es un aeropuerto internacional que cuenta con un oficial federal de aduanas, pagado por el aeropuerto, para inspeccionar los productos agrícolas salientes. Pero los funcionarios del aeropuerto están presionando a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los estados Unidos (CBP) para designar los terrenos como un puerto de entrada, lo que conllevaría un equipo de aduanas más grande pagado por el gobierno federal, señaló Don Breazeale, un consultor de logística de transporte del área de Seattle contratado por el Puerto de Moses Lake.

En el marco de un proyecto piloto, Breazeale, Akridge y los funcionarios portuarios han cortejado a algunos clientes de carga para que envíen textiles y productos electrónicos al condado de Grant este otoño. Si la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y una delegación de supervisión del Congreso de los Estados Unidos están de acuerdo, el aeropuerto podría tener la designación completa a principios del próximo año.


¿Cómo encajan 114 toneladas métricas de cerezas en un solo avión? Vea a la tripulación de Columbia Pacific Aviation cargar un Boeing 747 en el aeropuerto internacional del condado de Grant en Moses Lake, Washington, en goodfruit.com/media.


—por Ross Courtney