Clones de Cabernet Sauvignon recién injertados sobre viñas viejas de Cabernet en Boushey Vineyards en Sunnyside, Washington, en la primavera del año 2021. Si el espacio entre las vides y también su salud son buenas, el injerto ofrece una manera más rápida de poner un nuevo clon o bien una nueva variedad en producción, dijo el cultivador Dick Boushey. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Clones de Cabernet Sauvignon recién injertados sobre viñas viejas de Cabernet en Boushey Vineyards en Sunnyside, Washington, en la primavera del año 2021. Si el espacio entre las vides y también su salud son buenas, el injerto ofrece una manera más rápida de poner un nuevo clon o bien una nueva variedad en producción, dijo el cultivador Dick Boushey. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Ante el exceso de oferta de Cabernet Sauvignon, muchos viticultores de Washington han optado por injertar los viñedos existentes en nuevas variedades. 

“La rentabilidad es muy buena en comparación con la replantación”, afirma Dick Boushey. Estima que el coste de injertar un viñedo de cinco acres en $20,500, frente a los $34,000 dólares de replantar los mismos acres, que luego requerirían más entrenamiento y más tiempo para entrar en producción. 

El injerto requiere precisión. “Si lo haces bien, en dos años estarás en plena producción. He recogido tres toneladas por acre al año siguiente”, afirma. “Lo recomendaría a regañadientes, pero hay que hacerlo todo bien”. 

Pero ese es más fácil decirlo que hacerlo, según Boushey y otros dos cultivadores, Lacey Lybeck y Al Fountain, que compartieron sus experiencias durante la reunión de la Washington State Grape Society (Sociedad de la Uva del Estado de Washington) celebrada en noviembre del año pasado. Uno de los problemas es la falta de mano de obra experto local; la mayoría de los cultivadores de Washington confían en la misma empresa de California, que no da abasto con la creciente demanda de servicios de injerto.

Mientras que Boushey compartió su estimación de costes prometedoras y consejos para conseguir el éxito, Fountain, propietario de Fountain Vineyard Management con sede en Kennewick, compartió sus preocupaciones. En el año 2021, Fountain se propuso injertar 200 acres de Cabernet en Chardonnay, pero sólo consiguió una toma del 70 por ciento. Ahora piensa retirar otros 200 acres que esperaba injertar también y planea replantarlas en vez de injertar.

Justin Lyon, de Boushey Vineyards, comprueba los nuevos injertos. En la reunión de la Washington State Grape Society (Sociedad de la Uva del Estado de Washington), celebrada en noviembre del año pasado, Boushey explicó que buscar bolsas de aire en el sellado, eliminar los brotes no necesarios y hacer un corte ligero por debajo de los injertos para desviar el flujo de savia ayuda a preparar las vides injertadas para el éxito. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Justin Lyon, de Boushey Vineyards, comprueba los nuevos injertos. En la reunión de la Washington State Grape Society (Sociedad de la Uva del Estado de Washington), celebrada en noviembre del año pasado, Boushey explicó que buscar bolsas de aire en el sellado, eliminar los brotes no necesarios y hacer un corte ligero por debajo de los injertos para desviar el flujo de savia ayuda a preparar las vides injertadas para el éxito. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Fountain y Boushey contrataron el mismo injertador, Raúl Rodríguez, quien siempre trae un equipo de trabajadores desde California para laborar en Washington en la primavera. 

Pero en el caso de Fountain, Rodríguez trajo un equipo pequeño, aunque fue un trabajo grande. Contratar a más trabajadores a nivel local no le funcionó bien, dijo Fountain.

“La gente que trajo de California hizo un buen trabajo. Pero en una hilera a lo mejor hubo una toma de 90 por ciento y en otra faltaría 40 en una sola hilera”, dijo Fountain. 

Volvió a demostrar ese problema en el 2022. En aquel año Rodriquez trajo un equipo más grande, pero tuvieron que pasar a otro trabajo antes de que terminaran la superficie de Fountain. El equipo local que Fountain contrató para acabar el trabajo logró alrededor de solamente el 60 por ciento de toma. 

“La clave está en que los chicos sepan lo que hacen a la hora de cortar”, dice Fountain.  

Lacey Lybeck, la responsable de viñedos en Sagemoor Vineyards, compartió su experiencia con el injerto a menor escala.

“Lo aprovechamos para probar algunas variedades nuevas, como Savatiano y Aglianico”, dijo. “Es una forma estupenda de probar una nueva variedad y poder degustar lo que proporciona tu sitio y si se complementa con esa variedad”.

Algunas variedades parecen experimentar más problemas con la toma que otras, añadió. 

Boushey dijo que ha trabajado con Rodríguez durante los últimos 12 años y ha aprendido cómo planificar un proyecto y cuidar las vides después, para maximizar el éxito. 

Boushey estima que para un bloque de cinco acres el injerto de una nueva variedad costaría alrededor de $20,500 en comparación con los 34,000 dólares que puede costar de replantar, y el injerto produce más rápidamente. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Boushey estima que para un bloque de cinco acres el injerto de una nueva variedad costaría alrededor de $20,500 en comparación con los 34,000 dólares que puede costar de replantar, y el injerto produce más rápidamente. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

“Me gusta injertar lo más cerca posible del alambre”, dijo Boushey, lo que facilita el atado y llena del espacio mejor. El entrenamiento temprano ayuda a proteger los injertos de los daños causados por el viento. 

Injertar cerca del alambre también puede ser más fácil para el personal, dijo Markus Keller, profesor de viticultura de la Universidad Estatal de Washington (WSU). 

Keller explicó a los asistentes de la reunión el proceso de injerto, que comienza con la madera de púa. Recomienda realizar pruebas exhaustivas de enfermedades o encargar madera certificada a un vivero. Y recomendó no injertar en vides infectadas.

Los cortes latentes deben tener el grosor de un lápiz y de cuatro a cinco yemas. Los manojos de esquejes deben ir en una cámara frigorífica y almacenarse de forma que se mantengan húmedos -envueltos en papel de periódico húmedo o serrín- pero no empapados, dijo Keller.

Boushey dice que recoge los brotes latentes a finales de otoño, antes de que la temperatura sea demasiado fría, y se coloca los palos en capas dentro de un contenedor para el invierno. Los injertadores entonces cortan la madera en dos ramas con yema justo antes de injertar. “Quieres dos yemas empujando”, dijo. 

Lo ideal es que los cultivadores programen el injerto para uno o dos meses antes de la brotación, dijo Keller.

“Suelo recomendar regar antes de injertar, para asegurarse de que hay suficiente agua en el suelo y no se seque la madera durante el proceso de cicatrización”, dijo.

Aunque hay muchos estilos diferentes de injerto, dependiendo de la forma de los cortes, el cambium de la madera de púa siempre debe alinearse con el cambium del tronco, o el injerto no funcionará, dijo Keller.

Los brotes que salen del tronco que no sirven competirán con la púa por lo que recomienda eliminarlos. Sin embargo, también advirtió de que las vides más viejas con grandes sistemas radiculares pueden empujar mucho más vigor de lo que los nuevos injertos pueden manejar, por lo que dejar los brotes inútiles durante un tiempo puede ser de ayuda en ese caso.

“Corte rápidamente hasta el nivel en el que estaba la vid antes de su injerto y utilice el mismo método de poda en dos o tres años”, dice Keller. “Todavía tienes ese viejo sistema de raíces y quieres que la vid adquiera el hábito de producir fruta lo antes posible”.

Keller también comentó sobre dos peligros potenciales: la infección de tumor de cuello (la agalla de la corona/crown gall) ocasionado por las bacterias y los brotes que se secan o se empapan de agua durante el almacenamiento.

Lybeck dijo que revisa con regularidad para ver si hay signos de tumor del cuello, y que ha visto injertos con dificultades cuando el calor del verano llega de manera repentina, mientras que Fountain dijo que tuvo más éxito cuando aplicó el riego antes de injertar.

Hasta que los injertos se cubran de callo, Boushey recomienda hacer cortes por debajo de los injertos para desviar la savia que puede expulsar los injertos frescos. A medida que avanza la temporada, tiene que quitar los brotes no necesarios y las vides injertadas necesitan formación y riego, dice Boushey.

“Uno piensa que no va a necesitar mucha agua porque aún no hay fruta, pero hay que siempre mantener la salud de la planta”, dice.

por Kate Prengaman

Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.