Originaria del sur de Italia, la palomilla europea de la vid (Lobesia botrana) es en la actualidad una plaga de la uva en toda Europa y se ha extendido también a otros países. Fue erradicada con éxito de la principal región productora de uva de California, los condados de Napa y Sonoma, en 2016. A partir de los amplios datos de trampeo recogidos durante ese esfuerzo, un grupo de investigadores, entre los que se encuentra el entomólogo y especialista en extensión cooperativa Matt Daugherty, de la Universidad de California en Riverside, evaluó por qué y qué tan bien funcionó el esfuerzo, con la esperanza de utilizar las lecciones aprendidas para combatir futuros insectos invasores. (Cortesía de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California)
Originaria del sur de Italia, la palomilla europea de la vid (Lobesia botrana) es en la actualidad una plaga de la uva en toda Europa y se ha extendido también a otros países. Fue erradicada con éxito de la principal región productora de uva de California, los condados de Napa y Sonoma, en 2016. A partir de los amplios datos de trampeo recogidos durante ese esfuerzo, un grupo de investigadores, entre los que se encuentra el entomólogo y especialista en extensión cooperativa Matt Daugherty, de la Universidad de California en Riverside, evaluó por qué y qué tan bien funcionó el esfuerzo, con la esperanza de utilizar las lecciones aprendidas para combatir futuros insectos invasores. (Cortesía de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California)

Una vez que una plaga de frutas invasora llega a los viñedos y los huertos, la experiencia sugiere que la mayoría de las veces ha llegado para quedarse. Sin embargo, de vez en cuando, los científicos organizan un esfuerzo exitoso de erradicación. Dos victorias recientes conciernen la palomilla europea de la vid, la cual se documentó por primera vez en las regiones californianas de Napa y Sonoma en 2009 y se erradicó allí en 2016, y la mosca oriental de la fruta, la cual se identificó dentro de la región agrícola del condado de Miami-Dade en Florida en 2015 y se erradicó en solo seis meses.

Dado que estos dos trabajos funcionaron cuando muchos otros no lo hicieron, los expertos en especies invasoras han empezado a analizar lo que funcionó bien para ver si las lecciones aprendidas pueden aplicarse a la próxima especie invasora que llegue a la huerta.

Detección temprana

Un componente clave de ambos esfuerzos exitosos contra la palomilla europea de la vid y la mosca oriental de la fruta fue la detección temprana de la infestación.

En Florida, los entomólogos locales, estatales y federales estaban muy conscientes de la posible amenaza de la mosca oriental de la fruta mucho antes de 2015 y tenían preparada una estrategia de respuesta si el insecto aparecía, de acuerdo con Gary Steck, entomólogo del Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida y autor principal de un informe sobre el programa de erradicación. Como resultado, cuando las moscas orientales de la fruta aparecieron, fueron capaces de movilizarse con rapidez.

Gary Steck
Gary Steck

“Esto aborda toda la cuestión de por qué algunas cosas pueden ser erradicadas y otras no”, apuntó Steck. “En el caso de estas moscas de la fruta, tenemos dos cosas a nuestro favor. Una de ellas es un excelente señuelo llamado metil eugenol que resulta increíblemente atractivo para los machos (incluso) a un kilómetro de distancia, así que tiene el máximo efecto posible. En segundo lugar, tenemos una amplia red de trampeo”.

La red estatal incluye unas 55,000 trampas para la mosca oriental y otras moscas de la fruta, y personal que las revisa cada dos o tres semanas.

Con la palomilla europea de la vid en California, los entomólogos también tenían la plaga en su lista de vigilancia antes de que apareciera, pero, en esta ocasión, los informes de los productores sobre los daños en los racimos de uva llevaron al descubrimiento inicial de la plaga, explicó el entomólogo y especialista en extensión cooperativa Matt Daugherty, de la Universidad de California en Riverside.

“Tuvimos la suerte de que muchos investigadores europeos, especialmente en Italia, habían estado trabajando en esta plaga, por lo que se había identificado una feromona y establecido buenos protocolos para monitorearla”, indicó Daugherty. “Así que eso ayudó a poner en marcha el monitoreo con bastante rapidez en California, y, desde luego, más rápido de lo que cabría esperar si se partiera de cero”.

Contención

Tanto en el caso de la palomilla europea de la vid como en el de la mosca oriental de la fruta, el monitoreo mostró que las plagas aún no se habían extendido demasiado, lo que las convertía en buenas candidatas para los trabajos de erradicación.

La baja tasa de dispersión de la palomilla europea de la vid fue de ayuda: la dispersión natural más allá de unos 200 metros (650 pies) es poco común. Aunque los científicos ahora sospechan que la palomilla puede haber llegado al menos un año antes de ser detectada, su incapacidad de desplazarse largas distancias la mantuvo bastante contenida.

La comunicación forma parte del éxito de los programas de erradicación. En el caso de la palomilla europea de la vid, esta incluyó vallas publicitarias e información en línea, así como reuniones con funcionarios de la comunidad y el público general. (Cortesía de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California)
La comunicación forma parte del éxito de los programas de erradicación. En el caso de la palomilla europea de la vid, esta incluyó vallas publicitarias e información en línea, así como reuniones con funcionarios de la comunidad y el público general. (Cortesía de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California)

La mosca oriental de la fruta, por el contrario, es una especie voladora de mucho vigor y puede recorrer varios kilómetros, pero debido a su rápida detección —quizás hasta dos generaciones antes de ser identificada— seguía relegada a unas pocas áreas pequeñas.

Los pasos iniciales de ambos programas de erradicación incluyeron la retirada de la fruta de las zonas infestadas y circundantes, así como el establecimiento de zonas de cuarentena. El tratamiento pasó a ser una combinación de insecticidas específicos y de interrupción del apareamiento, siendo esta última especialmente eficaz una vez que la población de la plaga disminuyó, “porque es mucho más difícil que los machos y las hembras se encuentren”, señaló Daugherty.

El monitoreo continuado con trampas cebadas con feromonas aseguró que el tratamiento estuviese funcionando y luego demostró que ambas plagas invasoras fueron eliminadas y han permanecido erradicadas.

A lo largo de ambos programas, la comunicación con los productores, los líderes comunitarios y el público ha sido clave. Ese trabajo fue bastante fácil en Napa y Sonoma, donde la comunidad está muy involucrada en la industria de la uva y reconoce su importancia para la economía local, informó Daugherty.

Conseguir que todo el mundo estuviese de acuerdo fue más difícil en Florida, donde hay miles de pequeños agricultores cuyo sustento depende de vender su fruta a domicilio o en los mercados de fruta.

“Ni siquiera quieren que uno entre en su propiedad para hacer una encuesta, porque saben que, si encontramos fruta infestada, la vamos a remover, lo que puede significar la pérdida de muchos miles de dólares para ellos”, afirmó Steck.

Los propietarios de viviendas también se resisten a dar tratamiento a los árboles frutales en su patio trasero, y a veces incluso presentan demandas para bloquear el uso de plaguicidas. “Por eso las relaciones públicas son enormemente importantes, inclusive ponerse en contacto con los funcionarios locales para maximizar la transparencia, avisar sobre la fumigación, proporcionar sitios web informativos y celebrar reuniones públicas”, explicó.

¿Podría volver a funcionar?

Los programas de erradicación de la palomilla europea de la vid y de la mosca oriental de la fruta tuvieron éxito porque todo funcionó: la concienciación sobre el potencial de invasión, la vigilancia exhaustiva con buenos señuelos, las infestaciones con insectos susceptibles a la erradicación, los tratamientos eficaces y la comunicación para garantizar la cooperación general.

Por desgracia, estos criterios no se ajustan a la introducción de cada insecto causante de plagas. En el caso de la mosca del vinagre de alas manchadas (Drosophila suzukii Matsumura), por ejemplo, los expertos agrícolas no la reconocieron como una especie problemática cuando apareció por primera vez en los Estados Unidos continentales en 2008, indicó Steck.

La mosca oriental de la fruta (Bactrocera dorsalis), originaria de Asia, tiene cientos de plantas huésped, como el melocotón, la nectarina, el albaricoque, la pera y la uva. El estado de la Florida pudo erradicarla a los pocos meses del descubrimiento inicial del brote. Esta mosca fue atrapada en el campo durante los trabajos de erradicación. (Cortesía de Gary Steck)
La mosca oriental de la fruta (Bactrocera dorsalis), originaria de Asia, tiene cientos de plantas huésped, como el melocotón, la nectarina, el albaricoque, la pera y la uva. El estado de la Florida pudo erradicarla a los pocos meses del descubrimiento inicial del brote. Esta mosca fue atrapada en el campo durante los trabajos de erradicación. (Cortesía de Gary Steck)

“Todos conocíamos las verdaderas moscas de la fruta (de la familia Tephritidae), como la mosca oriental de la fruta y la mosca mediterránea de la fruta, pero estas otras “moscas de la fruta” drosófilas (familia Drosophilidae) simplemente no se conocían como plagas y, en consecuencia, nadie las buscaba”, señaló. “Solo no estaban en el radar de nadie”.

Además, la mosca del vinagre de alas manchadas se multiplica con mucha rapidez, por lo que cuando los productores empezaron a notar la presencia de gusanos en su fruta, ya estaba tan extendida que la gestión era la única opción real.

La mosca del vinagre de alas manchadas y otras especies invasoras que han tenido éxito, como la chinche hedionda marrón marmoleada (Halyomorpha halys), tienen la ventaja de contar con una amplia gama de huéspedes, informó la entomóloga y especialista en divulgación de control integrado de plagas de árboles frutales Julianna Wilson, de la Universidad Estatal de Míchigan.

“Son muy móviles, por lo que se desplazan entre diferentes hábitats, inclusive los huéspedes silvestres en las parcelas de bosque que son omnipresentes y están dispersos dentro de nuestro paisaje agrícola en Michigan”, afirmó. Las grandes poblaciones de plagas pueden sobrevivir fuera de las zonas que han sido tratadas con plaguicidas y volver a invadir de manera continua los cultivos. Esa ventaja de hábitat, combinada con la actual falta de señuelos altamente específicos, opciones de interrupción del apareamiento y enemigos naturales, ha convertido a la mosca del vinagre de alas manchadas y a la chinche hedionda marrón marmoleada en adversarios formidables.

No obstante, los recientes éxitos de erradicación dan esperanzas de que se puedan repetir. Una forma de aumentar la probabilidad de lograrlo es deconstruir los trabajos que han tenido éxito para determinar lo que ha funcionado. Con la palomilla europea de la vid, Daugherty y su equipo de investigación analizaron la eficacia de la feromona, evaluaron la propagación del insecto para ver si se movía por sí mismo o se iban “de aventón” en los equipos de la explotación o en los cajones de fruta, e investigaron la densidad de trampeo y las zonas de tratamiento para determinar el número óptimo de trampas cebadas con feromona por unidad de superficie.

“En general, evaluamos si los procedimientos establecidos eran adecuados”, declaró. “Y, en general, lo eran”.

Con la financiación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el laboratorio de Daugherty continúa esta línea de estudio y realiza análisis adicionales para determinar los riesgos de otras plagas de palomillas que podrían llegar a California.

“Todo esto es un trabajo proactivo y prospectivo para asegurarnos de que estamos siendo inteligentes, de que estamos aprendiendo las lecciones del éxito que obtuvimos con anterioridad, y de que, si esta palomilla europea de la vid se vuelve a introducir e o se introduce una palomilla relacionada, estamos preparados para hacerle frente”, concluyó.

por Leslie Mertz