Una rama muestra yemas terminales fructíferas y también yemas vegetativas axilares. (Fotos cortesía de la Universidad Estatal de Washington/Digital Vendetta)
Una rama muestra yemas terminales fructíferas y también yemas vegetativas axilares. (Fotos cortesía de la Universidad Estatal de Washington/Digital Vendetta)

La poda es una práctica esencial para conseguir una producción consistente de fruta de alta calidad. Cuando se podan los árboles, se pueden alterar sus hábitos naturales de crecimiento y fructificación. Sí a los manzanos no se les poda, estos pueden alcanzar hasta los 40 pies de altura y darán poca fruta. Sin embargo, con una poda estratégica se puede controlar el crecimiento, mantener una forma y altura manejables de los árboles, reducir la incidencia de plagas y enfermedades, y mejorar la productividad y la calidad de la fruta.

¿Por qué se debe podar?

—Para alcanzar una producción de fruta de alta calidad y sostenible.

—Controlar el vigor del árbol y su crecimiento vegetativo.

—Reducir la presión de plagas y enfermedades.

—Mejorar la intercepción y distribución de la luz solar en todo el árbol.

La poda es una ciencia subjetiva, y para realizar una buena poda se requiere mucha práctica y experiencia. Los estilos de podar y los objetivos varían entre los productores dependiendo de factores claves como son el cultivar, el portainjerto (la raíz), el sistema de conducción, el vigor, los objetivos de la producción y la calidad de la fruta.

A continuación, lee sobre unos conceptos y técnicas básicas que sirven para podar manzanos, independiente del cultivar.

Identificar las ramas que producen frutos 

Para administrar tanto la cantidad como la calidad de la fruta con la poda, es fundamental comprender dónde se encuentra la fruta en las diferentes ramillas del árbol. En los árboles de manzanas, las yemas reproductivas (tejido que dará origen al fruto) se encuentran tanto en posiciones terminales como laterales (axilares). Estas yemas se forman el año anterior de la floración y la fructificación. Las yemas pueden ser vegetativas, reproductivas o mixtas (con meristemas vegetativos y reproductivos) y a veces puede ser difícil distinguir entre estos tipos de yemas mediante la inspección visual.

Varios factores determinan si una yema es vegetativa o reproductiva. Entre ellos: la luz solar, el vigor del árbol y la densidad de frutas (carga frutal). Las yemas florales pueden estar en la posición terminal (la yema apical fructífera) en ramas de un año o en los dardos (brotos) situados en brotes de dos años o más. La fruta de mejor calidad suele proceder de los dardos jóvenes. Esta es una de las razones por las que los productores renuevan constantemente la madera y los dardos con la poda. Las yemas vegetativas se desarrollarán en posiciones terminales o laterales de ramillas del año, y también en dardos en ramillas de dos años o más de edad. También hay las llamadas yemas adventicias que están ocultas en la madera y pueden brotar si se inducen con la poda o hormonas vegetales u otras manipulaciones de la madera.

Los manzanos bien regados y sin estrés, con buena distribución de luz solar y nutrientes suficientes, tienden a experimentar un crecimiento vegetativo excesivo. Un estrés leve puede inclinar la balanza hacia la fructificación, pero un estrés excesivo puede reducir la calidad de la fruta –dando lugar a frutos pequeños con poco color– e inducir alternancia en la producción de fruta. Con una poda estratégica, los productores pueden lograr un equilibrio entre crecimiento vegetativo y reproductivo para maximizar la producción de fruta de alta calidad, año tras año.

La dominancia apical 

Varios factores regulan el crecimiento y desarrollo de los árboles, entre ellos la influencia del equilibrio hormonal interno es de gran importancia. La señal interna para que una yema brote y comience a crecer está fuertemente influenciada por el equilibrio entre auxinas y citoquininas, dos clases de hormonas vegetales.

Las auxinas se producen en el ápice (la punta) de las ramillas en la fase del crecimiento. Estas se distribuyen en forma basal (gravitacional). Altas concentraciones de auxina inhiben la brotación de las yemas, lo que induce la dominancia apical caracterizada por un fuerte crecimiento vertical. Dado que la auxina desciende con la gravedad, las ramas verticales tienden a distribuir la auxina a lo largo de la ramilla, resultando en menos brotes laterales, comparado con las ramas horizontales en que la auxina queda concentrada en la punta.

En cambio, la hormona citoquinina se produce en las raíces y se desplaza por todo el árbol a través del sistema vascular de las plantas. La proporción entre estos dos tipos de hormonas es una de las principales señales para inducir la brotación.

Cuando se podan las ramas con cortes de recorte o rebaje, se elimina la fuente de producción de auxina. Esto reduce la proporción auxina-citoquinina y suele inducir la brotación de las yemas axilares laterales aledañas al corte. 

Del mismo modo, cuando una rama se dobla o tuerce -si se quiebra o se coloca en posición horizontal- las yemas laterales pueden brotar, equivalente al efecto de la poda.

La comprensión de este concepto sencillo ayudará a predecir la respuesta del árbol a la poda del árbol y las diferencias entre brotes verticales vigorosos y ramas horizontales menos vigorosas.

Los tipos de cortes de poda

Existen diferentes tipos de cortes que son clasificados según el lugar donde se realizan. La respuesta del árbol a cada tipo de corte variará de acuerdo con lo expuesto anteriormente, y su uso dependerá del objetivo, el sistema de conducción, el vigor del bloque y la preferencia del productor. Los dos tipos principales de cortes de poda son el corte de raleo y el corte de rebaje. 

Tres cortes de poda habituales. Desde la izquierda: un corte de raleo realizado cerca del punto de origen del brote, para minimizar el potencial de rebrote; un corte de recorte para promover el crecimiento de las yemas por debajo del corte; y un corte de renovación, que es un corte de recorte más agresivo, realizado a dos o tres pulgadas del origen para promover el rebrote de yemas adventicias. (Fotos por cortesía de la Universidad Estatal de Washington/Digital Vendetta)
Tres cortes de poda habituales. Desde la izquierda: un corte de raleo realizado cerca del punto de origen del brote, para minimizar el potencial de rebrote; un corte de recorte para promover el crecimiento de las yemas por debajo del corte; y un corte de renovación, que es un corte de recorte más agresivo, realizado a dos o tres pulgadas del origen para promover el rebrote de yemas adventicias. (Fotos por cortesía de la Universidad Estatal de Washington/Digital Vendetta)

—El corte de raleo: Estos son cortes realizados cerca del punto de origen del brote y sirven para eliminar la totalidad del brote o ramilla. El raleo (o descuate) se utiliza cuando se desea minimizar el potencial de rebrote. Por lo general, los cortes de raleo se realizan cuando hay demasiadas ramas, zonas abarrotadas o cuando el árbol tiene mucho vigor. Los cortes de raleo pueden mejorar la distribución de la luz en la canopia del árbol. También se utilizan estos cortes para eliminar las ramas enfermas o dañadas.

—El corte de rebaje: Son cortes realizados en cualquier parte a lo largo de una rama. Se pueden realizar estos cortes para dirigir el crecimiento futuro de una yema aledaña al corte o un brote lateral. Los cortes de rebaje se realizan a menudo para controlar la carga de una rama, inducir el crecimiento lateral para llenar el espacio, evitar que haya fruta colgante o mal posicionada y promover la intercepción de la luz. Si el corte se realiza cercano a un brote lateral o dardo, generalmente no hay rebrote.

—Cortes de despunte: Dentro de los cortes de rebaje existe una distinción entre los cortes de rebaje y los cortes de despunte. Un corte de despunte se realiza a unas pocas pulgadas del extremo terminal del brote. En general, estos cortes favorecen el crecimiento de las yemas situadas inmediatamente debajo del corte, mediante la reducción de la dominancia apical.

—Cortes de renovación: Estos cortes pueden considerarse también un tipo de corte de rebaje, pero son más cortos – entre 1 y 2 pulgadas desde el origen de la rama. Sirven para promover el rebrote de yemas vegetativas o adventicias, y asegurar la renovación. 

El momento de la poda

La poda suele realizarse durante el invierno, pero la poda en primavera, verano u otoño también puede ser beneficiosa para lograr distintas metas. Durante el invierno, los árboles almacenan carbohidratos y nutrientes en la madera y las raíces. En la primavera cuando las temperaturas empiezan a subir, los carbohidratos y nutrientes se movilizarán hacia nuevos puntos de crecimiento: las yemas. Cuando se podan los árboles en el invierno, se reduce el número de posibles puntos de crecimiento, por lo que una mayor parte de la energía almacenada queda a disposición de las yemas restantes. En consecuencia, la poda invernal favorece el vigor y el crecimiento vegetativo. 

Por el contrario, la poda de primavera (hasta unas 4-6 semanas después de la floración en los manzanos) elimina las reservas ya movilizadas, reduciendo el vigor. Cuando el crecimiento se detiene durante el verano, los carbohidratos producidos en las hojas presentes se distribuirán a la fruta y al nuevo crecimiento de las raíces, y se empieza a almacenar las reservas para el año siguiente.   

A medida que avanza el verano, mayor es el impacto en la reducción del vigor del árbol, debido a la eliminación de la fuente de energía de la presente temporada. Los rebrotes inducidos por la poda veraniega son de menos vigor con relación a la rama original. La poda del verano o la del otoño puede además mejorar el desarrollo del color de la fruta y reducir el vigor para la temporada siguiente. Se suele recomendar la poda de verano en las huertas que son excesivamente vigorosos. 

Consideraciones para podar un manzano: 

Empieza por localizar donde se encuentran las yemas fructíferas en los árboles, ya varían entre cultivares. Por ejemplo, en los manzanos de variedad WA 38, de producción en ramillas terminales, la mayor parte de la fruta crece en el exterior del árbol, en ramillas terminales y en los dardos jóvenes. Luego: 

—Ralee las ramas verticales vigorosas, o las que están en posiciones incorrectas o donde haya demasiadas ramillas.

—Recorte ramas para equilibrar el número de dardos y frutos y asegurar que puedan soportar el peso de la carga frutal. 

—Despunte ramillas para promover el crecimiento bajo el corte, en las ramas que son demasiado largas (más de 12 pulgadas) o ramillas débiles si hay una yema frutal en la punta.

—Renueve las ramas viejas o gruesas en zonas donde desee reemplazar con nuevo crecimiento.

por Bernardita Sallato y Matthew Whiting 

Bernardita Sallato es especialista en árboles frutales y Matthew Whiting es profesor de fisiología de frutales arbóreos, ambos en la Universidad Estatal de Washington. Se puede contactar con Sallato en b.sallato@wsu.edu.


Vea: Una nueva serie sobre los fundamentos de la poda de manzanas y la gestión de la carga de cultivo para WA 38 está disponible en inglés y español de la especialista de Extensión de la Universidad Estatal de Washington Bernardita Sallato.

Para ver los vídeos, visite: goodfruit.com/es/informacion-basica-sobre-la-poda-de-manzanas.