Un estudio de un año realizado por Bernardita Sallato de la Universidad Estatal de Washington encontró que las aplicaciones foliares y los mejoradores del suelo pueden hacer poco para reducir la incidencia de la mancha amarga, uno de los problemas más difíciles de los productores de Honeycrisp. (Cortesía de Bernardita Sallato/Universidad Estatal de Washington)
Un estudio de un año realizado por Bernardita Sallato de la Universidad Estatal de Washington encontró que las aplicaciones foliares y los mejoradores del suelo pueden hacer poco para reducir la incidencia de la mancha amarga, uno de los problemas más difíciles de los productores de Honeycrisp. (Cortesía de Bernardita Sallato/Universidad Estatal de Washington)

La especialista en extensión de la Universidad Estatal de Washington, Bernardita Sallato, sospecha que algunos productores están desperdiciando el dinero en tratamientos foliares con calcio y mejoradores del suelo destinados a aumentar el nivel calcio para reducir la mancha amarga en las manzanas Honeycrisp.

Después de un año muestreando dos huertos de Honeycrisp, encontró poca diferencia en la incidencia de mancha amarga en manzanas tratadas con varios productos —tanto baratos como costosos— y algunas veces no mucha diferencia entre los tratamientos y el grupo de control no tratado.

“Este ensayo de un año parece indicar que las aplicaciones profilácticas de calcio son ineficaces para reducir (la mancha amarga)”, escribió en su informe final a la Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington, que financió su proyecto de un año con $13,000.

El calcio no se mueve a través de una planta de manera eficiente, especialmente a medida que avanza la temporada. El desarrollo de la mancha amarga, un trastorno causado por deficiencias de calcio en la fruta, puede estar asociado con muchos factores de crecimiento, como la edad del árbol, el portainjertos, el vigor y la carga frutal. Los suelos de Washington generalmente tienen mucho calcio, y la mancha amarga tiene más que ver con los problemas de absorción que deberían haberse abordado a principios de año, explicó Sallato.

El estudio midió la incidencia de la mancha amarga durante la cosecha y el almacenamiento después de tratar las manzanas con tres aspersiones foliares y tres aplicaciones al suelo.

Entre los tratamientos, no hubo diferencias significativas. Solo dos de las aspersiones foliares, carbonato de calcio y nitrato de calcio, redujeron con éxito la mancha amarga después del almacenamiento en los huertos 1 y 2, pero no a un nivel estadísticamente diferente del control. En el huerto 2, el sulfato de calcio o yeso aplicado al suelo mejoró la firmeza de la fruta, pero no aumentó los niveles de calcio en las muestras de tejido ni afectó la incidencia de la mancha amarga.

Los tratamientos no tuvieron un efecto medible sobre el calcio en el árbol, las hojas, la pulpa de la fruta o las cáscaras. Ninguna de esas mediciones se correlacionó con la incidencia de la mancha amarga de todos modos, lo que sugiere que los niveles de calcio por sí solos son malos indicadores.

Además, curiosamente, ninguno de los tratamientos de prueba de 13 kilógramos de calcio por hectárea reales (12 libras de calcio por acre reales) que aplicó Sallato cambió la incidencia de la mancha amarga en las áreas del huerto gestionadas por los productores, donde utilizaron 224 o 448 kilógramos por hectárea (200 o 400 libras por acre). Por lo tanto, ella piensa que en ambos lugares el suelo tenía mucho calcio y los productos añadidos no pudieron impedir la mancha amarga. Los resultados, aunque de solo un año, concuerdan con lo que ha estudiado sobre la absorción de calcio durante toda su carrera y con estudios anteriores, apuntó Sallato.

A los productores les convendría más abordar el problema en las raíces, el suelo o el manejo global del vigor y la carga frutal, afirmó Sallato. Debe haber una razón por la cual los árboles no obtienen suficiente calcio en una zona de cultivo con mucho calcio ya en el suelo.

Sin embargo, no está lista para abandonar los suplementos por completo. A veces, las aplicaciones de calcio pueden ser la única opción si los problemas que causan los trastornos no se pueden solucionar o si el manejo del problema requeriría varios años, por ejemplo: suelos que permanecen fríos durante la primavera o tienen niveles excesivos de potasio.

Incluso los productores admiten que a veces usan mejoradores de calcio como una medida de protección adicional, añadió, ya que consideran que el costo de aplicarlos es más barato que el riesgo de obtener tasas de empaque bajas.

por Ross Courtney