La mayoría de los agricultores tienen planes y políticas detalladas para cuidar sus equipos, instalaciones, animales y cultivos. Sin embargo, en lo referente a las políticas que ven por la relación entre el empleador y el trabajador, es otra cosa.

El cincuenta por ciento de los costos promedio de los empleadores agrícolas lo constituyen los costos de mano de obra, lo que viene a reforzar el sentido de cuidar de ésta, incluso por el bien del negocio mismo, dijo la abogada de Yakima Sarah Wixson, quien representa a los empleadores agrícolas como experta en derecho laboral en la firma de abogados Stokes Lawrence Velikanje Moore & Shore.

“Deben brindar a las personas al menos la misma atención que dedican a otras partes de su organización”, dijo Wixson.

Wixson refirió que los cambios en el mercado laboral y en la sociedad en general, han llevado a más empresarios a adoptar políticas y prácticas que protegen los derechos de los trabajadores. Dado que actualmente hay menos mano de obra disponible, los empleadores están incorporando esas prácticas en su proceso de contratación para reclutar a los mejores trabajadores.

“Algunos solían aceptar un trabajo por una cuestión meramente monetaria o porque carecían de mejores alternativas, pero ahora, si a alguien no le gusta su empleador, probablemente pueda ir a otro lugar y considerar otras muchas opciones”, dijo Wixson.

Sarah Wixson

Las malas relaciones entre empleadores y trabajadores se deben, en mayor medida, a la mala comunicación, afirmó. La “regla de oro de la comunicación” es que los empleadores digan a los trabajadores claramente y de manera uniforme lo que quieren y lo que se espera de ellos, incluyendo sus percepciones salariales. Es mejor que todo esté por escrito y consagrado en un manual disponible para los empleados, dijo Wixson.

“Los sindicatos desempeñan habitualmente su función cuando uno no se comunica de manera efectiva con sus trabajadores y requiere un intermediario para hacerlo y para mantener los canales abiertos”, dijo Wixson.

Los trabajadores pueden presentar reclamos sobre un sinfín de temas, como salarios, descansos, asuntos de salud y seguridad o higiene en sanitarios. Cuantas más instancias posean para presentar dichos reclamos o para que éstas sean atendidas, mejor para el negocio.

“Los empleadores deben tener una persona designada para reclamos, ya sea una persona en la administración o un número 1-800”, dijo Wixson. “Establezca un proceso, documéntelo y dele seguimiento”.

Es ilegal amenazar o castigar a los trabajadores que presenten reclamos, y asegurarse de que los capataces entiendan eso ayuda a proteger a la empresa de cualquier responsabilidad jurídica. Los capataces deben atender los reclamos sin tomarlas como algo personal.

“Lo último que quieres es que un capataz pierda la calma, un trabajador lo grabe en su teléfono y antes de que te des cuenta, el capataz está en YouTube perdiendo los estribos”, dijo Wixson. “Es importante que la gente entienda que representan a la empresa y tratan de hacer lo correcto en todo momento”.

Los enunciados en los manuales de los empleados deben redactarse con sumo cuidado ya que, en ciertas situaciones, son susceptibles de interpretación legal como un contrato, dijo Wixson. Algunos enunciados podrían interpretarse legalmente como promesas que luego podrían dar cabida al reclamo de un empleado.

“Si hay un lenguaje que promete un tratamiento específico en situaciones específicas y ese lenguaje convence a un empleado a permanecer en el trabajo y no a buscar otro empleo, esas promesas son componentes exigibles en la relación laboral,” dijo Wixson.

Los empleadores deben estar atentos y reconocer los signos de insatisfacción de los trabajadores, para que puedan abordarse antes de que los problemas se conviertan en un litigio o una huelga de trabajadores.

“Está en su mejor interés atender las preocupaciones de los empleados antes de que eso suceda, porque se convierte en un problema de relaciones públicas muy complicado en un mercado de consumidores donde las personas no quieren comprar productos de empresarios que podrían no estar tratando bien a sus trabajadores”, dijo Wixson. “Es difícil salir de eso.”

—por Mike Faulk