Debido a que evolucionó en los bosques, el cerezo puede crecer hasta 41 metros (135 pies). Ese increíble vigor puede dificultar el manejo, como se ve en la foto de arriba a la izquierda, tomada durante una cosecha de cerezas en Italia hace aproximadamente un siglo (las escaleras de madera hechas a mano tienen una longitud de 10 a 12 metros, o 35 a 40 pies). Pero a lo largo de los años, los portainjertos enanizantes y un mayor conocimiento de la fisiología del árbol han domesticado al gigante del bosque, lo que permite a los investigadores guiar su hábito de crecimiento natural a una forma tan inusual como un sistema de UFO, como se observa arriba a la derecha. (Fotos cortesía de Greg Lang/Universidad Estatal de Michigan)
Debido a que evolucionó en los bosques, el cerezo puede crecer hasta 41 metros (135 pies). Ese increíble vigor puede dificultar el manejo, como se ve en la foto de arriba a la izquierda, tomada durante una cosecha de cerezas en Italia hace aproximadamente un siglo (las escaleras de madera hechas a mano tienen una longitud de 10 a 12 metros, o 35 a 40 pies). Pero a lo largo de los años, los portainjertos enanizantes y un mayor conocimiento de la fisiología del árbol han domesticado al gigante del bosque, lo que permite a los investigadores guiar su hábito de crecimiento natural a una forma tan inusual como un sistema de UFO, como se observa arriba a la derecha. (Fotos cortesía de Greg Lang/Universidad Estatal de Michigan)

En su hábitat natural, un cerezo dulce puede crecer hasta 41 metros (135 pies), mucho más alto que los 12 metros (40 pies) de un manzano, o incluso los 20 metros (65 pies) de un peral. Combine esa altura con fruta pequeña y delicada que necesita ser recogida por un pedúnculo, y se hace fácil ver que el cerezo plantea algunos desafíos de manejo únicos.

“Es un árbol de bosque”, informó Greg Lang, profesor de horticultura en la Universidad Estatal de Michigan. Lang habló durante la conferencia de la Asociación Internacional de Árboles Frutales del 2020 en Grand Rapids, Michigan. “Evolucionó durante siglos para sobrevivir en los bosques”.

Pero en las últimas décadas, los investigadores, viveristas y productores han manipulado la fisiología del gigantesco árbol del bosque, para obtener el árbol pequeño pero productivo que vemos hoy en día en huertos modernos de alta densidad. Resulta que los cerezos pueden crecer en formas inusuales. Lang se centró especialmente en el sistema de brotes fructíferos verticales (UFO, por sus siglas en inglés), denominado por Matt Whiting, profesor de la Universidad Estatal de Washington.

Lang espera que el sistema de UFO se vuelva común dentro de una década. Sus rendimientos pueden ser iguales o mayores que con otros sistemas, el manejo de la carga frutal y la calidad de la fruta son más uniformes, la cosecha manual es más eficiente y la estructura es más adecuada para las herramientas y tecnología de precisión.

Pero, ¿cómo llegamos desde allí hasta aquí, desde el gigante del bosque hasta el sistema de UFO? Lang comenzó explicando cómo sobrevive una plántula.

La principal prioridad de una plántula de cerezo es desarrollar un eje o líder vertical que pueda capturar la mayor cantidad de luz posible en un bosque abarrotado. Para lograr la dominancia apical, toda la energía y el crecimiento del árbol van hacia su parte superior durante el primer año, afirmó.

Greg Lang
Greg Lang

“El vigor siempre es mayor en el tope de los árboles”, explicó Lang. “Incluso cuando tienen 35 años o más”.

A partir del segundo año, el líder sigue creciendo, pero el árbol también inicia el crecimiento vertical de ramas laterales primarias justo debajo de él (por lo que si el líder muere, una de las laterales puede tomar el relevo). Las ramas secundarias inferiores crecen horizontalmente debajo de las laterales primarias para capturar la luz que el líder no está recibiendo y para echar sombra sobre sus competidores en el bosque, señaló.

A medida que el árbol se desarrolla, su vigor excesivo se dispersa hacia las laterales. Para capturar nueva luz, sus hojas grandes emergen lo más lejos posible de las hojas previamente formadas.

“(El cerezo) todavía piensa que está en el bosque e intenta crecer y capturar luz”, afirmó Lang. “Eso es lo que estamos tratando de manejar durante la vida del huerto”.
Durante mucho tiempo, los productores comerciales tuvieron que concentrarse en controlar el impresionante vigor del cerezo, mantenerlo a un tamaño razonable, en lugar gestionar su carga frutal. Sin embargo, las cosas cambiaron en la década de 1990, cuando surgieron los portainjertos enanizantes.

“El asunto al que comenzamos a enfrentarnos cuando obtuvimos portainjertos enanizantes para cerezas dulces fue: ¿Cómo podemos avanzar hacia el manejo preciso de la carga frutal de un cerezo ahora que tenemos un árbol más pequeño que ese árbol de bosque?” indicó Lang.

Se dirigió a las vides en busca de inspiración.

“Dije: ‘cultivemos un cerezo como una vid, donde es fácil podar un numero específico de dardos y yemas, lo cual permite un espaciado y una cantidad de brotes y racimos de fruta específicos.’”

Con esto en mente, en 1999, Lang, trabajaba en la WSU en ese momento, desarrolló una estructura de copa plana para el cerezo que imita los dos cordones y el sistema de formación basado en crecimiento vertical de los brotes típico de las vides. Whiting, en la WSU, desarrolló más a fondo el concepto con el sistema de UFO, un sistema que utiliza el hábito de crecimiento natural que el cerezo desarrolló durante siglos para capturar la luz solar de manera más eficiente, afirmó Lang.

El sistema de UFO aprovecha el crecimiento vertical natural del árbol mediante la creación de múltiples unidades de fructificación verticales alineadas con poca separación entre ellas y que surgen de un tronco primario que está formado horizontalmente. El número de unidades de fructificación verticales se modifica para disipar el vigor en proporción al vigor global de la matriz de portainjertos, variedad, suelo y clima, brindando el único sistema de formación que se puede adaptar a cualquier portainjertos. El sistema también aprovecha la disposición natural de las hojas, que se forman horizontalmente en el brote vertical tan lejos de las hojas anteriores como sea posible, para minimizar las sombras y maximizar la penetración de la luz, explicó Lang.

por Matt Milkovich