En la montañosa provincia de Trentino, en el norte de Italia, los productores cultivan 460,000 toneladas de manzanas al año en 27,000 acres (10,927 hectáreas) de huertos. La limitada tierra cultivable de la región obligó a los productores a trabajar en plantaciones con densidades cada vez mayores, hasta alcanzar un promedio de cerca de 1,800 árboles por acre (728 árboles por hectárea) hoy en día en, mayormente, sistemas de espaldera de tipo spindle delgados. Plantar en portainjertos Malling 9 en las mismas hileras de árboles durante generaciones ha reducido aún más el tamaño de los árboles y ha forzado a los productores a adoptar densidades más altas para mantener la producción.

Pero hacer que esas plantaciones de alta densidad sean productivas a largo plazo requiere que los agricultores cambien su estrategia de poda para estimular la renovación de ramas y mantener una copa angosta, y muchos productores de Trentino tuvieron que aprender esa lección de la manera más difícil.

“Después de 12 años, la mayoría de los productores decían que las plantaciones de alta densidad no funcionaban, pero era la estrategia de poda y el manejo de árboles lo que no funcionaba”, indicó el horticultor Nicola Dallabetta. En diciembre, habló en la Expo Comercial de Frutas, Verduras y Granjas de los Grandes Lagos en Michigan sobre la necesidad de un enfoque sistémico para la poda. “Me hicieron falta casi 10 años para cambiar su opinión”.

Nicola Dallabetta

Dallabetta ha trabajado estrechamente en sistemas de producción con los productores de manzanas, cerezas y peras de la región de Trentino durante 25 años como parte de su función en el Centro de Transferencia Tecnológica de la Fundación Edmund Mach en el norte de Italia. Se dio cuenta de que necesitaban encontrar una estrategia alternativa a los métodos tradicionales de poda larga que funcionan cuando se tienen 1,000 árboles por acre (405 árboles por hectárea), pero comienzan a fallar cuando se tiene un huerto maduro con el doble de árboles luchando por la misma cantidad de espacio.

Hay que pasar de una estrategia de poda estándar que mantiene cortas las ramas primarias, a una estrategia de poda de “clic” o poda corta que promueve la renovación continua de ramas y mejora la longevidad y el rendimiento del huerto, y la calidad de la fruta, indicó.

“Cuando se decide qué tipo de densidad se quiere, se está decidiendo qué tipo de poda hay que aplicar. Es muy importante respetar las distancias de plantación”, afirmó. Es difícil mantener una copa angosta con suficiente penetración de luz cuando los árboles tienen ramas primarias complejas en sistemas de alta densidad.

El método también es recomendado por Stefano Musacchi, investigador pomólogo en el Centro de Extensión e Investigación de Árboles Frutales de la Universidad Estatal de Washington en Wenatchee, para muchas plantaciones de manzanas y peras.

El método de “clic”, el cual se desarrolló en los Países Bajos y Bélgica para aumentar la penetración de la luz en las plantaciones de alta densidad, implica recortar regularmente la madera joven para dejar solo dos o tres brotes vegetativos en la parte superior del árbol y en las ramas primarias básicas. Esto genera un ciclo constante de renovación de ramas y estimula un nuevo crecimiento. También crea una copa cilíndrica de ramas laterales simplificadas, todas de tan solo 1 a 4 años. Incluso las principales ramas primarias básicas se eliminan periódicamente y solo el eje principal es verdaderamente permanente.

La reducción de la variabilidad de edad de la madera mejora el tamaño, la calidad y la homogeneidad de la fruta, explicó Dallabetta.

Eso es lo que hace que este tipo de poda intensivo sea rentable. Sus estudios han demostrado que incluso cuando los productores gastaron más desde el principio para plantar más árboles por acre, esos huertos de alta densidad ofrecen un retorno de inversión más rápido si se utiliza un método de poda adecuado, como el método de “clic”.

“Por supuesto, este tipo de poda requiere más tiempo, alrededor de un 10 a 20 por ciento más para usar este método”, afirmó. “Pero nos saltamos toda la poda del verano”. Y lo más importante para mí es reducir el tiempo de cosecha porque tenemos menos recogidas y una calidad de fruta muy homogénea. También ahorramos tiempo de raleo porque ayudamos a ralear mediante la poda”.

La arquitectura simplificada también facilita el recuento de brotes de fructificación por rama para establecer la carga frutal total mediante la poda. Y con la poda de “clic”, Dallabetta descubrió que se requieren menos aplicaciones de productos de raleo químico para obtener la carga frutal óptima. Por lo general, se necesitaban dos o tres fumigaciones en los huertos que seguían usando el método de poda de corte largo.

En general, la adopción de este método de poda por la mayor parte de los productores con los que ha trabajado en los últimos años ha mejorado la producción y respaldado la tendencia hacia sistemas aún más densos, informó, y algunos huertos ahora albergan 2,400 árboles por acre (971 árboles por hectárea). Reconoció que para muchos productores este cambio es difícil, pero a la vez es esencial para los productores que desean adoptar densidades cada vez más altas.

“Entiendo que algunos productores prefieren quedarse con lo que tienen, pero deben que entender que, si cambian la densidad de árboles, entonces de la misma manera tienen que cambiar el método de poda”, subrayó.

-por Kate Prengaman