Casi una década después de que el primer brote de chinches apestosas marrón marmoleadas se tradujera en millones para los productores de manzanas del Atlántico medio, la plaga ya no está provocando pánico, gracias a los avances en el control dirigido de los horticultores.

Armados con rociadores de borde, señuelos, trampas y un control basado en umbrales, los productores pueden proteger sus cultivos de manera confiable.

Actualmente, los investigadores han dado pasos importantes con determinación para recuperar el control integrado de plagas en los ecosistemas de los huertos, armados con una estrategia de atracción y exterminio para reducir el uso de rociadores insecticidas y entender la mejor manera de usar la avispa de control biológico que llegó aquí siguiendo a la BMSB (por sus siglas en inglés) desde Asia.

Fue necesario un gran esfuerzo por parte de los investigadores de EU para controlar a las BMSB invasoras iniciales.

“Al principio, ni siquiera sabíamos qué rociar, eso constituyó la primera etapa”, explicó Tracy Leskey, entomóloga de los Estados Unidos. El Departamento de Agricultura, a cargo del programa de investigación a nivel regional para BMSB desde la Estación de Servicio de Investigación Agrícola en Kearneysville, Virginia Occidental. “En la actualidad, estamos aprendiendo sobre su biología, comportamiento y ecología para gestionarlas de manera más sostenible, y la etapa final es el control biológico para controlarlas a lo largo y ancho del entorno”.

Los productores de la región dicen que saben cómo manejar la plaga ahora, pero están ansiosos por nuevas herramientas, como las estrategias de atraer y matar, así como los biocontroles, para mantener a la población baja y evitar brotes dañinos.

“Los productores armados con la nueva comprensión y capacidad de usar el monitoreo, no temen ya que las chinches les sorprendan”, dijo Greg Krawczyk, entomólogo del Centro de Extensión e Investigación Frutícola de la Universidad Estatal de Pensilvania en el condado de Adams. “Pero realmente arruinamos todo el sistema integrado de control de plagas que teníamos antes”.

Las plagas secundarias, como el áfido de la manzana lanuda, escamas, ácaros y áfidos, se multiplicaron luego de que las poblaciones de enemigos naturales fueron eliminadas por el uso de la química de amplio espectro, dijo.

“Antes de las chinches, hacíamos uso de la interrupción del apareamiento, los productos químicos selectivos y los controles biológicos. Los productores no necesitaban rociar más de cuatro veces después de la pruina”, dijo Krawczyk. “Luego tuvo lugar la aparición de la BMSB y pasamos de cuatro a 10, 12, 14 rociadas”.

Ahora, casi 10 años después, “el sistema está volviendo a la normalidad”, y los productores rocían insecticidas alrededor de seis veces al año, incluyendo dos veces para BMSB si es necesario, dijo.

Los huevos de chinches apestosas marrón marmoleadas recién puestos son clave para los esfuerzos de investigación a la hora de estudiar el parasitismo de los huevos y el potencial de control biológico. (Kate Prengaman/Good Fruit Grower)

Trampas y umbrales

Monitorear las trampas: ahora las tarjetas adhesivas en un poste simple han reemplazado a las trampas en forma de pirámides negras difíciles de manejar: cebadas con señuelos mejorados pueden capturar de manera confiable la BMSB de adultos y ninfas, incluso a niveles de población bajos. La implementación de estas herramientas evita la necesidad del rociado profiláctico.

Debido a que la BMSB se alimenta de una gran diversidad de cultivos y plantas nativas, su imprevisibilidad fue determinante en el pánico inicial. “No pasó en todas partes”, dijo Krawczyk. “Fue más aleatorio, pero la gente le tenía tanto miedo a la BMSB en 2011, 2012 y sus opciones eran rociar y tener fruta para vender, o quedarse sin negocio”.

Unos años después, eso comenzó a cambiar. Los entomólogos de la región probaron más de 60 insecticidas, descubrieron que 10 eran efectivos y comenzaron a recomendar a los productores mejorar su selección de productos.

Luego, Leskey y su equipo demostraron que, para los productores de manzanas, basar un programa de rociado en una captura por medio de trampa de 10 adultos puede mantener un buen control de la plaga, al tiempo que previene lesiones en los cultivos y reduce los rociados. Recomiendan dos rociadas de un insecticida efectivo, con siete días de diferencia. En el caso de los duraznos, existen umbrales similares en desarrollo.

Krawczyk está de acuerdo en que el control basado en umbrales es clave, pero recomienda que los productores busquen ninfas en lugar de adultos. “En mi opinión, la presencia de las ninfas constituye el factor principal en función de si se rociarán o no”, aclaró.

Los adultos viajan tanto que la presencia de unos pocos adultos no es un buen indicador, continuó, pero las ninfas incapaces de volar indica la incubación de sus huevos en un huerto y las ninfas se alimentarán durante las próximas cinco o seis semanas.

Las estrategias para atraer y matar podrían reducir aún más la necesidad por una cobertura de insecticida y ayudar a los productores a reconstruir las poblaciones de enemigos naturales necesarios para controlar las plagas secundarias.

En Pensilvania, Krawczyk combina cebos de agregación con redes infundidas con insecticida que cuelgan de postes o cercas de ciervos en el borde de un huerto. La técnica se muestra prometedora en su investigación, matando a cientos y cientos de insectos, pero las redes aún no están registradas para este uso.

Colocar señuelos de agregación y redes infundidas con insecticida en el mismo árbol puede ser un enfoque efectivo de atraer y matar con el fin de controlar las chinches apestosas marrón marmoleadas, al tiempo que se reduce el uso de rociadores. La entomóloga del Departamento de Agricultura de E.U., Tracy Leskey, está probando la técnica y dice que el uso de un árbol trampa, en lugar de una red y un señuelo independientes, aumenta la retención de la plaga y, por lo tanto, aumenta la exposición al pesticida. (Kate Prengaman/Good Fruit Grower)

Por su parte, las pruebas de atraer y matar de Leskey se centran en crear árboles trampa, al colgar las redes insecticidas de árboles carnada.

“Al nivel del comportamiento, al tener aquella feromona de agregación asociada con la planta huésped, vemos que la atracción y la retención se incrementan”, dijo. Fuera del huerto, “aparecerán, pero es posible que no se queden el tiempo suficiente para tomar una dosis letal” del contacto con la red.

Una vez registrados, con tales trampas de árboles espaciadas a lo largo del borde del bloque o tal vez redes independientes con cebos y plantas volátiles, los productores podrían dejar atrás por completo la necesidad de rociar.

“Se podría poner esto y dejar atrás el rociado, al igual que la técnica de interrupción del apareamiento”, dijo Leskey. “Para posteriormente utilizar una trampa de monitoreo para asegurarse de que no exista penetración en el centro del bloque; y de ser así, se activa un rociador de monitoreo “.

Biocontrol

Con un rango de huéspedes tan amplio y poblaciones en bosques no controlados, la BMSB continuará siendo una amenaza para las fincas que no cuentan con control biológico en todo el entorno. A ello se debe que haya muchas esperanzas de que la avispa samurái, una avispa parasitoide que ataca específicamente la chinche café marmoleada, haga honor a su nombre y ayude a controlar la plaga a medida que las poblaciones crecen.

Se ha encontrado presencia de Trissolcus japonicus en 10 estados, incluyendo Pennsylvania, Maryland, New Jersey, Virginia, New York, Oregón y Washington, y los investigadores han comenzado a criarlos para liberación controlada.

En Nueva Jersey, los investigadores incluso encontraron actividad de avispas en un huerto de duraznos convencional utilizando un programa de rociado en la frontera, informó en diciembre una entomóloga de la Universidad de Rutgers, Anne Nielson, en una plática que tuvo lugar en la Expo del Mercado Agrícola de Frutas de Great Lakes en Grand Rapids, Michigan.

El estudio de las chinches y sus parasitoides pasa ineludiblemente por la crianza de colonias para producir huevos.

La estudiante de posgrado Hillary Peterson atiende a la colonia de chinches apestosas marrón marmoleadas en el Centro de Investigación y Extensión Frutícola de la Universidad de Penn State en Biglerville en mayo pasado. (Kate Prengaman/Good Fruit Grower)

En el Centro de Investigación y Extensión Frutícola de Penn State, la estudiante de posgrado Hillary Peterson dijo que encontrar los bichos para su colonia de BMSB fue fácil – la gente recolecta las plagas molestas de sus casas y las lleva al centro – pero también tuvo que dar con una dieta para mantenerlas vivas y poniendo huevos.

La proteína resultó ser clave, junto con la variedad para las plagas voraces, por lo que les da semillas de soya, de pimiento y para aves, junto con hojas frescas de una variedad de plantas de invernadero.

En la estación de USDA-ARS en Kearneysville, la colonia de chinches que se alimentan de la planta común para interior Peperomia y los diminutos árboles del cielo, junto con semillas y verduras, ponen entre 20 y 60 masas de huevos al día, dijo Leskey, que serán utilizados por los investigadores para criar T. japonicus para su liberación e investigación.

Todavía hay mucho que aprender acerca de la avispa: cómo liberarlas, dónde y cuándo, a qué distancia pueden viajar, las condiciones que necesitan para establecer poblaciones y la mejor forma de marcarlas y recuperarlas con fines de investigación, agregó, e investigadores del país están trabajando de manera conjunta para averiguarlo.

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