Los horticultores en el centro de Washington deberían estar en alerta máxima por el fuego bacteriano este año, ya que los altos niveles del patógeno que causa la enfermedad probablemente aún persistan después de la difícil temporada del año pasado.

Ahora más que nunca, los productores tienen herramientas para luchar contra el patógeno del fuego bacteriano -los productos biológicos desarrollados para los productores orgánicos también pueden estimular el manejo convencional-, pero también los riesgos aumentan a medida que más productores impulsan huertas jóvenes con programas intensivos de nutrición, lo que incrementa el riesgo en estos árboles jóvenes.

Sarah Kostick, estudiante graduada de la Universidad Estatal de Washington, señala el punto de inoculación en un manzano en agosto de 2017 en la huerta de investigación de Columbia View en Wenatchee, Washington. Observe cómo se han movido los síntomas del tallo hacia abajo en el tronco, causando una lesión varias pulgadas más abajo. A pesar de que el brote todavía está vivo, los productores deberían podar muy debajo de esa lesión o la enfermedad podría invernar, dijo Kostick. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

“Ahora hay muchas herramientas y, según su situación, algunas de ellas son mejores que otras,” dijo Ken Johnson, fitopatólogo de la Universidad Estatal de Oregón, quien ofreció consejos sobre problemas comunes y mejores prácticas en la Reunión Anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington, junto con Drew Hubbard de G. S. Long, quien dio recomendaciones sobre el rociado.

Mientras que muchos de los consejos eran familiares para los productores quienes han estado al pendiente de los nuevos productos de prevención en los últimos años, Johnson también compartió nuevos hallazgos sobre la lucha contra la infección secundaria en árboles jóvenes.

“Lo que ocurre al cortar la plaga es que, si la cortas una vez, existe la posibilidad de que hayas hecho un buen trabajo y la plaga no regrese, o de que vuelva con intensidad y mate al árbol,” -dijo Johnson en una entrevista. Para ayudarle al árbol a activar su sistema inmune para luchar contra un resurgimiento, él pinta el eje central con Actiguard (acibenzolar-S-metil).

“Es una quimioterapia para los árboles,” -afirmó.

Al pintar un tramo de 1 metro en el eje central con Actiguard a 1 onza por cuarto de galón junto con un surfactante de silicio se induce la resistencia en todo el árbol, dijo. Actiguard ya está registrado para este uso, así como los típicos programas de rociado preventivo con los que los productores están familiarizados.

La infección secundaria ocurre porque las células del patógeno se mueven más adentro del tejido del árbol de la rama plagada que fue eliminada.

“En muchos cortes, el patógeno se desplaza hacia abajo en el árbol, por debajo de donde se ve la enfermedad. El patógeno volverá al corte porque no lo eliminaste completamente,” dijo Johnson. “Nunca retiras todo. La pregunta es, ¿quitaste lo suficiente para que no vuelva otra vez?”

Durante mucho tiempo, los productores vieron que la plaga regresaba al corte y culpaban a la falta de herramientas de desinfección o a las heridas originales. Johnson subrayó que ese no es el caso, y prefiere evitar la desinfección en favor de la velocidad.

José Luis-Serna rocía desinfectante a base de cloro en el lugar donde realizó un corte para eliminar el ataque de fuego bacteriano en este árbol de Bartlett en Medford, Oregón en 2013. Varios árboles en este bloque más antiguo fueron fuertemente afectados y requirieron de la poda y eliminación del material vegetal infectado.(TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

“Hemos tratado de enfermar a los árboles al cortarlos y pintarlos con el patógeno del fuego bacteriano, y realmente es difícil enfermarlos. No desinfecto las herramientas y eso no hace ninguna diferencia,” dijo. “Es mejor hacer los cortes de forma agresiva que desinfectar las herramientas; las personas se mueven más rápido a través del bloque sin la desinfección.”

Por agresivo, él quiere decir de 2 a 4 pies debajo del chancro en los árboles jóvenes y susceptibles. En árboles más viejos y de crecimiento más lento, suele ser suficiente de un pie a 18 pulgadas. En el caso de los árboles de 2 años o menos, es mejor arrancarlos.

Protección de árboles jóvenes y orgánicos

Foto 1
Cuando buscamos fuego bacteriano y el mejor lugar para eliminar la enfermedad, José Luis-Serna usa un hacha pequeña para despegar la corteza del árbol hasta que ve tejido verde sano, como se observa en la segunda foto. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Por esta razón, es que la protección de dichos árboles jóvenes debería ser una prioridad, especialmente en bloques a los que se les está presionando para llenar el espacio rápidamente.

“Cuando inviertes en estos programas de fertilización, realmente también quieres tener un buen programa para el fuego bacteriano,” dijo Johnson en el evento. “Durante el verano, es una buena idea tener un programa semanal de cobre o Actiguard del primero al tercer cable.”

Actiguard estimula la respuesta inmune de los árboles al aumentar la efectividad de los antibióticos durante un tiempo más prolongado, dijo Drew Hubbard, de G. S. Long, en la reunión anual.

“Los antibióticos te avanzan el 80 por ciento del camino, Actiguard te lleva al 90,” – dijo. Además, indicó que nada en el mercado logra una supresión del 100 por ciento de la enfermedad. La efectividad de Blossom Protect (Aureobasidium pullulans) varía ampliamente, pero seguido de Serenade (Bacillus subtilis) o cobre parece aumentar la fiabilidad, afirmó.

Para los productores orgánicos, la seguridad de la fruta es una cuestión fundamental para seleccionar los productos, dijo Hubbard.

Los productores de peras en áreas más húmedas deben usar BlightBan (cepa A506 de Pseudomonas fluorescens) o Bloomtime Biological (cepa E325 de Pantoea agglomerans) en lugar de Blossom Protect si les preocupa el riesgo de russet.

Hubbard recomienda un programa integral que comience con cobre para la desinfección si es necesario, seguido de azufre con cal (caldo sulfocálcico) más aceite para el raleo de la carga frutal en manzanos con floración entre 20 y 70 por ciento.

Es importante aplicar Blossom Protect o BlightBan después del azufre con cal, de lo contrario tendrá que volver a aplicarlo. Para que funcionen, estos productos biológicos necesitan una buena cobertura en cada fila, además de varios días para que se establezcan antes de los picos de riesgo.

Foto 2
En la búsqueda de fuego bacteriano y el mejor lugar para eliminar la enfermedad en los perales, Jose Luis-Serna usa un hacha pequeña para despegar la corteza del árbol hasta que ve tejido verde sano, como se observa en la segunda foto. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Luego, desde la plena floración hasta la caída de los pétalos, se recomienda aplicar Serenade cada dos o cuatro días, que es la opción más protectora de la fruta; Serenade mezclado con Cueva para un mayor control; o para el mejor control con algo de riesgo de russet, los cobres solubles: Previso (hidróxido de cobre) o Cueva (octanoato de cobre) cada tres a seis días.

En años con una presión extremadamente alta, los productores pueden querer renunciar a la protección de la fruta a favor de salvar sus árboles con los productos más efectivos, dijo.

Este enfoque integral para el control del fuego bacteriano también puede beneficiar a los productores convencionales, dijo Tianna DuPont, educadora de la Extensión de la Universidad Estatal de Washington. Blossom Protect, el producto biológico más efectivo, es muy compatible con los antibióticos, y no es raro que los productores de manzanas utilicen ambos para aumentar la eficacia del control si los riesgos son altos.

“Sabemos que hay más presión, y nuestro riesgo será potencialmente mayor el próximo año, por lo que es una buena idea usar todas las herramientas que podamos,” -subrayó.

Pero lo más importante -y que muchos productores del noroeste no están haciendo- es extender su programa de rociado el tiempo suficiente para proteger tanto los bloques propios como los vecinos, dijo Johnson. Eso es porque los niveles de patógenos alcanzan su máximo hacia el final de la floración.

“De verdad, toma tiempo aumentar la población, y después el crecimiento se dispara al final. Nuestros datos muestran que las poblaciones de patógenos en realidad están aumentando hacia la caída de los pétalos y después de esta,” dijo.

Por lo tanto, las flores rezagadas son las que representan el mayor riesgo para su huerta. Los cultivares propensos a las flores secundarias, como las peras Bartlett y las manzanas Cripps Pink, tienen mayor riesgo, pero cualquier flor tardía puede provocar una infección.

Otros consejos obtenidos de la plática:

– Quite a mano las flores de huertas jóvenes.

– Cambie al riego por goteo durante la floración, o cierre completamente el agua, ya que el uso de aspersores durante la floración crea condiciones propicias para la enfermedad.

– Inspeccione los síntomas del fuego bacteriano de manera rutinaria durante varias semanas, ya que al eliminar los ataques tempranos se aumentan las probabilidades de restablecer la salud del árbol.

– Los productores orgánicos deben ser proactivos, no reactivos, ya que, a diferencia de los antibióticos, los productos de control biológico no pueden detener la infección una vez que se ha establecido.

– No mezcle estreptomicina y Kasumin, ya que sus modos de acción son muy similares, pero puede mezclar cualquiera de los dos con oxitetraciclina o con Actiguard. “Guarde el martillo de los estreptococos para cuando se compliquen las cosas,” -dijo Hubbard- y no lo use si no lo necesita.

Y en el centro de Washington, sea extremadamente cauteloso esta temporada. “Simplemente no hay forma de que todos puedan limpiar lo que está ahí,” dijo Johnson. “El simple hecho de tenerlo en la zona representa una gran diferencia, por lo que los productores seguramente quieren usar los umbrales inferiores en el modelo Cougar Blight. El día que sienta que va a alcanzar el 70, usted está en riesgo.”

Diversidad de enfermedades

Podas de árboles de peras contaminados con fuego bacteriano en una huerta de Medford, Oregón en 2013. Los trabajadores amontonan las ramas antes de retirarlas a mano de los bloques para reducir la propagación de la infección. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Cualquier fuego bacteriano es una mala noticia, pero no todas las infecciones son exactamente iguales.

Erwinia amylovora, el patógeno bacteriano que causa el fuego bacteriano, se presenta en diversas cepas y algunas son mucho más virulentas que otras, según el patólogo de la Universidad de Cornell, Awais Khan.

Durante años, tanto productores como cultivadores carecieron de las herramientas para ver estas diferencias genéticas.

Pero en la actualidad, con la tecnología de mapeo de genes, Khan puede estudiar la variación genética de las cepas de patógenos y la variación genética en los genes del manzano que ofrecen resistencia o aumentan la susceptibilidad.

Esa información les brindará a los cultivadores mejores herramientas para seleccionar los genes más resistentes y poner en varias capas los genes para mejorar la resistencia a medida que seleccionen nuevas variedades prometedoras.

Khan, quien recientemente se unió a Cornell, está poniendo en marcha un ambicioso programa de investigación para estudiar el fuego bacteriano y la roña de las manzanas con las últimas herramientas genéticas.

También les comentó a los productores de la Extensión Cooperativa de Cornell durante el Recorrido de Verano del Lago Ontario el año pasado que planea desarrollar una herramienta de detección rápida del patógeno del fuego bacteriano, basada en marcadores de ADN, que pueda usarse en el campo.

Biocontrol cultivado localmente

Desafortunadamente para los productores de manzanas del noreste, Blossom Protect y otros productos biológicos que están permitidos para el control orgánico del fuego bacteriano en el oeste no funcionan de manera consecuente en condiciones de humedad.

Pero la premisa detrás de los biocontroles -permitir que una levadura o una bacteria primero colonice una flor para que esté lista para competir con el patógeno del fuego bacteriano- debería funcionar igual si los investigadores pudieran encontrar algo que sea adecuado para el clima del noreste. Por lo que un equipo de investigadores de la Estación Experimental Agrícola de Connecticut está tratando de encontrar un microbio perfecto – o tres.

“Al final, me gustaría hacer un coctel con dos o tres de las especies dominantes que se encuentran en las flores de manzano sanas y que son compatibles, y así manipular el microbioma floral para reducir la enfermedad,” -dijo el patólogo Quan Zeng. Dichos microbios podrían producir compuestos antimicrobianos o simplemente competir contra el Erwinia amylovora, el patógeno del fuego bacteriano.

Pero para crear un nuevo control biológico, él y sus colaboradores comenzaron desde las bases al identificar cómo es normalmente el microbioma de una flor del manzano en la región y ver si alguno de esos habitantes naturales pudiera actuar como un biocontrol. Esta es la forma más estratégica para encontrar un biocontrol, dijo Blair Steven, un microbiólogo de suelos que está utilizando herramientas genéticas para identificar qué microbios prosperan en las flores del manzano.

“El microbioma de la flor es relativamente simple y hay distintos conjuntos de bacterias por lo que la presencia de uno predice el otro,” dijo Steven. “Esperamos aprovechar eso, ya que parece que la Erwinia se inhibe por la presencia de ciertos microbios.”

El año pasado, el Departamento de Agricultura de los EE. UU. otorgó $459,978 dólares al proyecto de investigación de tres años. Ellos ya encontraron un candidato para el biocontrol que muestra una fuerte eficacia de control de la enfermedad tanto en el laboratorio como en el campo, aunque se necesitan más estudios, dijo Zeng.

El equipo de Connecticut se asoció con colegas de Massachusetts, Michigan y de Wisconsin para estudiar flores y evaluar candidatos prometedores. Con suerte, esto les dará mejores opciones orgánicas para el control de la enfermedad a los productores en las regiones lluviosas y húmedas.

“Tenemos muchas granjas donde se puede elegir lo que se cosecha y personas que vienen a la huerta y cosechan su fruta, y para esos productores, existe un punto de venta adicional para tener una huerta manejado de forma orgánica, para que las personas se sientan seguras,” dijo Zeng.